Cuando en Castellón se dan los primeros pasos para hacer frente a una de las reivindicaciones históricas de la industria, la adecuación de la formación de Formación Profesional a las necesidades de los sectores productivos, la realidad se impone y demuestra que esos esfuerzos son aún insuficientes y lo seguirán siendo en el futuro próximo. Por una parte, porque una vez más los ciclos más demandados están más relacionados con sectores como la sanidad, la administración o los servicios a la comunidad que con los empleos técnicos. Y, por otra, porque tal y como advirtió en una rueda de prensa en Madrid el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Baldosas Cerámicas (Ascer), Vicente Nomdedeu, es necesario que esa simbiosis entre formación y empresa se engrase porque «no sabemos cómo serán los puestos de trabajo del mañana».

Nomdedeu advirtió que ese mañana metafórico no va más allá de diez años, y explicó que si resulta complicado saber los perfiles que demandará la industria cerámica en una década es porque esta se encuentra muy expuesta a la innovación y los cambios tecnológicos, no solo en el proceso productivo sino, cada vez más, también en lo que respecta al marketing. Con todo, sí afirmó compartir la idea de que la oferta educacional va a remolque de las necesidades de las compañías, en el caso del azulejo en los perfiles técnicos y muy especialmente en el ámbito de la colocación, donde faltan profesionales tanto en España como en el extranjero.

AFECTA A MÁS SECTORES

Esta urgencia de personal cualificado no afecta solo al azulejo, sino a muchos otros sectores clave para la provincia. Un ejemplo es la construcción, puesto que en Castellón solo hay un instituto, el IES Matilde Salvador, donde se imparte un ciclo vinculado a este tipo de profesiones, el de Edificación y Obra Civil. Hace tan solo diez años había lista de espera para entrar en esta formación, mientras que ahora las peticiones no alcanzan ni para llenar un aula. La Asociación Provincial de Empresas de la Construcción de Castellon (Apecc) reclamó más centros donde se puedan cursar estos estudios, pues tal y como publicó Mediterráneo, casi el 50% de los nuevos trabajadores del sector son foráneos.

Muestra de que este problema es transversal a todos los sectores económicos es el hecho de que la Confederación de Empresarios de la Comunitat (CEV) tiene una posición muy clara al respecto. Su secretario general, Miguel Ángel Javaloyes, instó recientemente a las instituciones a «vender más y mejor la FP desde la Secundaria o el Bachillerato como una opción de prestigio», pues destacó que quien opte por estos estudios, en concreto con los vinculados con la industria puede optar a empleos estables y con «buenos salarios».

No obstante, este discurso no cala, pues de los diez ciclos más demandados cara al próximo curso, que suman 2.752 solicitudes, apenas un 25% corresponden a títulos técnicos. Se trata de Sistemas microinformáticos y redes (313 peticiones), Electricidad y Electrónica (218) y Electrómecánica de vehículos (180).

Con todo, las palabras de Javaloyes sirven para unir las tareas pendientes con lo acometido esta legislatura, en la que se han dado pasos para crear ciclos de la llamada Formación Profesional a la carta. Un ejemplo es el de Química Industrial, vinculado a la industria petroquímica del Serrallo, que se instauró el año pasado y en el que ahora se han inscrito 34 estudiantes, con lo que habrá lista de espera, pues el IES Vicent Castell solo oferta 14 plazas.