La provincia cerró el año pasado con casi 3.000 pisos turísticos más que el 2017, unas cifras que confirman el boom que este tipo de alojamiento significa para la oferta turística. Las estadísticas de Turisme Comunitat Valenciana, organismo encargado de gestionar las altas, establecen que en la actualidad hay registrados más de 14.048 de este tipo en Castellón, cuando en el 2015 existían 9.729.

Se ha convertido pues en un recurso turístico de primer orden, más cuando la campaña llevada a cabo por la administración autonómica en el sentido de legalizar este tipo de inmuebles --ya que tanto propietarios como plataformas web se enfrentan a multas-- ha logrado aflorar un fenómeno que permanecía en gran parte fuera del radar.

Orpesa es, con mucha diferencia, la localidad de la provincia con más apartamentos de este tipo. De las 2.788 nuevas altas hasta diciembre del presente ejercicio, 1.229 están localizadas en el municipio costero. Muy lejos, pues, de los números de otros municipios como Alcossebre (279 altas) y Benicàssim (195). En la capital de la Plana solo se regularizaron 55 inmuebles durante ese mismo periodo.

Muy utilizados

La popularidad de este tipo de alojamientos está fuera de toda duda. De hecho, a falta de conocer las cifras del año pasado, durante el 2017 se registraron un total de 2.085.000 pernoctaciones en esta modalidad alojativa, por las 3.903.232 que se contabilizaron en los hoteles de Castellón. Esto significa, pues, que los apartamentos turísticos están arañando una de cada tres estancias a los hoteles.

Sus bajos precios, además, hacen que los turistas alarguen más su estancia medias, de 6,1 noches.