La refinería de BP en el polígono del Serrallo mejorará, cuando ponga en servicio la nueva torre de vacío, la obtención de combustibles. Y es que con la inversión de 100 millones de euros en esta instalación se perfeccionará el proceso de conversión del crudo, el segundo estado en el procesamiento del petróleo hasta materias refinadas. El presidente de BP España, Luis Alberto Aires, prevé que la nueva torre pueda entrar en servicio «probablemente en agosto», como señaló en el desayuno empresarial organizado por Bankia y el periódico Mediterráneo, en que desgranó la actualidad y retos de futuro del sector energético.

Y es que en este segundo paso en el refino del petróleo (tras la primera destilación y antes de la tercera y última) se obtienen combustibles como la gasolina, el gasóleo y el keroseno a partir del fuel oil, que ahora no tiene utilidad comercial, resultante del primer proceso. A presión cero, la conversión, que es como se llama a este proceso, permite obtener nuevas cantidades de aquellos carburantes antes de pasar a la última fase, realizada a más temperatura y de la que, tras la última destilación de productos refinados, también se obtiene el coque, que BP exporta al mundo desde el puerto de Castellón.

En el salón de celebraciones del Hotel Jaime I, Aires expuso el lunes ante lo más granado del mundo empresarial castellonense, las virtudes de la planta del Serrallo, en la que BP está «continuamente invirtiendo e innovando para competir en un mundo global». Una muestra de ello, como destacó en la cita, es que cada vez «procesamos más materias primas» en la planta, como «aceites vegetales», para producir combustibles.

El máximo dirigente en España de la multinacional de origen británico destacó asimismo que la compañía investiga cada vez más en energías renovables. Así, actualmente lleva a cabo «40 proyectos» alrededor del mundo para hallar nuevos nichos de negocio. Uno hace referencia a «la producción de biogás a través de residuos sólidos» y otro busca cómo cargar rápidamente los motores de los vehículos eléctricos, aunque por el momento no valoran implantarlo en sus estaciones de servicio porque «no hay demanda y la tecnología va a evolucionar».

En cuanto a la planta del Serrallo, Aires auguró una «mayor integración energética» con el resto de empresas del polígono (donde también se ubican dos ciclos combinados de Iberdrola) y señaló que en el futuro esperan usar energía renovable para extraer hidrógeno, mediante electrólisis, del agua y utilizarlo en sus procesos productivos.

Aires también tuvo tiempo para romper la idea establecida de que el petróleo va a desaparecer de la vida diaria y destacó que, aunque van a crecer mucho, los vehículos eléctricos no van a ser mayoría en el 2040. Así, lo que más reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero es «la eficiencia de los motores de gasolina», indicó, a pesar del auge de las energías renovables.