Por fin cambia el viento. El sector de la náutica de recreo despierta en la provincia de Castellón con ritmos de crecimiento interanuales del 2% -ligeramente por debajo de las medias autonómica y estatal--, lentos, pero consolidados, según la valoración que hace el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) Carlos Sanlorenzo.

Del último informe emitido por esta organización patronal se desprende que el volumen de negocio que genera la actividad en este territorio se sitúa en el entorno de los 43 millones de euros y, con alrededor de cien empresas, sostiene cerca de 500 puestos de trabajo. Nueve puertos deportivos, Burriananova; Club Náutico de Burriana; Marina Port Castelló; Real Club Náutico de Castellón; Club Náutico Oropesa del Mar; Puerto Deportivo Las Fuentes; Puerto de Peñíscola; Puerto Deportivo Marina Benicarló y Club Náutico de Vinaròs, suman cerca de 3.000 amarres y suponen el escenario en el que se desarrolla la mayor parte de la actividad sectorial.

excesiva presión fiscal

Con la alerta por la excesiva presión fiscal que soporta el sector náutico como primer telón de fondo reivindicativo, Carlos Sanlorenzo destaca el enorme potencial de la actividad en España, cuyo volumen hasta septuplican los países del entorno europeo.

El secretario general de ANEM entiende, por tanto, que el recorrido para crecer en Castellón y en el resto del Estado es todavía «inmenso, una oportunidad» que hay que aprovechar, después de haber pasado «una crisis en la que el sector casi ha desaparecido, con un hundimiento de hasta el 80% de su volumen, especialmente en zonas muy sensibles, como Castellón», afirma.

Sanlorenzo sitúa el inicio del cambio de tendencia en el 2013, cuando se comenzaron a invertir los números y la actividad comenzó a crecer, lentamente, pero de forma que se va reafirmando y consolidando, aunque el conjunto del negocio supone todavía apenas un 40% de lo que fuera en el entorno del 2006.

Destaca que Castellón fue una de las zonas que vivió en su momento una bonanza más extraordinaria, con la construcción de nuevos puertos a partir del año 2000, de modo que también sufrió la crisis con más intensidad. Explica que ahora «se está recuperando, aunque aún no está a la altura del resto de España y va más despacio», aunque matiza que «solo es cuestión de tiempo» que alcance los niveles de su entorno en ritmo de avance.

Uno de los aspectos que destaca Carlos Sanlorenzo de la coyuntura actual es que «la demanda es mucho más consciente», de manera que frente al predominio anterior de las compras, «po cada diez ventas de barcos, en estos momentos cinco son para empresas charter, de alquiler de embarcaciones». Este cambio de tendencia, muy acusado, representa, entre otras cuestiones, que «facilita la popularización de las actividades náuticas, alejando el cliché de que navegar es para las élites». El dato de que la mayor parte de las embarcaciones son pequeñas --el 95% de menos de 12 metros y el 85% de menos de 8-- constata que esa afirmación es solo un tópico.