Las patentes no han dejado de caer en la provincia de Castellón desde hace cinco años, mientras el registro de marcas no ha parado de crecer ni siquiera en los años más duros de la crisis, lo que ha llevado a contabilizar hasta casi medio millar de nuevas inscripciones cada año, tal como constata la Oficina Española de Patentes y Marcas.

Para los abogados y asesores especializados en derecho de la propiedad industrial, la explicación es sencilla: la caída de la inversión en I+D+i, especialmente desde las Administraciones públicas, arrastra las patentes y, de otro lado, «las apreturas económicas» activan el dinamismo empresarial a la hora de afianzar o ganar nuevos mercados con la renovación de los productos y los servicios, según explican.

Pese a que en los dos primeros meses de este año, el número de patentes ha sido de cinco en Castellón, cuando en el año pasado fue de uno en el mismo periodo, la realidad es que la evolución desde 2012 ha sido negativa. De las 36 anuales que se daban en 2013 se pasó a 22 en 2016. «Lo ocurrido en estos dos meses del año puede ser un espejismo porque la tendencia es a la baja», explican la mismas fuentes, que achacan esta circunstancia a la caída de la inversión en investigación, desarrollo e innovación, «que no ha parado de bajar desde que estalló la crisis», explican. De ahí que reclamen una mayor inversión pública y privada en este asunto que permita dar un vuelco a la situación.

La innovación, clave

En cuanto al registro de marcas, en la provincia ocurre todo lo contrario, ya que el número de inscripciones en la Oficina no ha hecho más que incrementarse. Así, de las 373 anuales que se registraban en 2013, el pasado año fueron 453 las nuevas marcas contabilizadas.

Otra de las circunstancias que se dan para explicar este descenso en cuanto a las patentes es la mayor utilización por parte de las empresas y las universidades de la patente europea, que es una alternativa cada vez más demandada especialmente por aquellas firmas con un acusado componente en materia de innovación y aplicación de las nuevas tecnologías. Sin embargo, los registros actuales aún quedan lejos de los índices que se dan en países de nuestro entorno, según explican las mismas fuentes.

En este contexto, desde la Comisión Europea se ha propuesto revertir la situación al amparo del Horizonte 2020 para lo que se va a poner en marcha medidas económicas que promuevan la proliferación de patentes.

Esta misma semana, el Parlamento Europeo ha sentado las bases para identificar las áreas científicas a las que darán prioridad con una inversión en investigación y ciencia para la que se propone un incremento del 30% en el presupuesto con el fin de alcanzar el objetivo de invertir el 3% del Producto Interior Bruto en la zona comunitaria.

Estas medidas «arrastrarán a los Estados y se podrá ver un cambio de tendencia en materia de patentes», según explican los especialistas en materia de propiedad industrial, que achacan la actual situación a la «mortecina inversión pública» a lo largo de los últimos años.