La campaña citrícola en Castellón ya está inmersa en su mes más decisivo y no logra levantar cabeza. La competencia procedente de los países del hemisferio sur -especialmente Sudáfrica- ya provocó que el inicio de la temporada fuera muy flojo, quedando por recoger múltiples fincas de clementinas tempranas. Posteriormente, la lluvia provocó unas pérdidas que se cifraron en 14 millones de euros en la provincia. Y, si la situación no era ya lo suficientemente tensa e incierta, en los últimos días se han sumado las protestas en Francia, que ha dificultado la distribución de la fruta tanto en el país vecino como en el resto del Viejo Continente.

Desde la asociación provincial de empresas exportadoras de cítricos (Asociex) reconocieron esta semana que el movimiento de los llamados chalecos amarillos pone en jaque a un sector que tiene en el mes de diciembre la mayor concentración de envíos a Europa del año. De momento, y pese a las interrupciones, las esperas en la frontera y las marchas lentas, los paquetes para la festividad de San Nicolás, que se celebra en varios países del continente y en la que es tradicional regalar cítricos, han podido realizarse aún con retrasos de dos o tres días. No obstante, los exportadores advierten de que este tiempo de espera en los camiones puede afectar a la calidad de la fruta y también temen que las demoras pueden llevar a las grandes distribuidoras a apostar por naranjas de otros países, como ha ocurrido con Sudáfrica en la primera parte de la campaña actual.

El problema con los envíos procedentes del hemisferio sur es que no son, ni mucho menos, un problema coyuntural. Ya es una realidad que pueden entrar en la Unión Europea clementinas de terceros países hasta entrado el mes de noviembre, lo que solo este año ya ha provocado pérdidas de 20 millones, que se suman a los 14 de las precipitaciones. Pero es que, para más inri, el tratado de libre comercio con Sudáfrica incluye un progresivo descenso de los aranceles hasta que, el año 2026, lleguen a cero.

Lo cierto es que, tal y como explican desde el Comité de Gestión de Cítricos, las movilizaciones francesas llegaron en el peor momento al iniciarse en un momento de reactivación de la demanda provocado por factores como la entrada de frío en los países importadores o el fin de la llegada de fruta de terceros países. Con todo, lo urgente y lo importante se superponen para un sector que, según las fuentes consultadas, prima acabar la campaña minimizando pérdidas pero sin olvidar que tiene una reflexión a medio y largo plazo pendiente con la competencia exterior y una reorganización varietal que no acaba de imponerse.