El riesgo de accidentes laborales en el sector de la reparación de automóviles es elevado debido, especialmente, a que los operarios de los talleres mecánicos realizan tareas muy diversas. Desde labores con tornillería de pequeñas dimensiones al trabajo con piezas pesadas como motores, puertas y ruedas, pasando por la manipulación de sustancias peligrosas e incluso explosivas.

Son funciones que exigen, además, el uso de herramientas y maquinaria específicas, que entrañan una exposición a diferentes tipos de daños y riesgos laborales. Con el objetivo de fomentar y promover las buenas prácticas preventivas y reducir la siniestralidad en este sector, Unión de Mutuas ha elaborado una guía en la que analiza estos factores de riesgo y detalla las medidas y las recomendaciones preventivas que aportan seguridad, salud y protección a los trabajadores.

La publicación es una herramienta útil y de fácil manejo que pretende ayudar a los empresarios de talleres de reparación de vehículos a cumplir con su responsabilidad de garantizar, razonable y eficazmente, con la protección de la seguridad laboral de los trabajadores, de acuerdo con la ley de prevención de riegos laborales, al tiempo que incide en la sensibilización y concienciación de los trabajadores.

El manual identifica, localiza y valora riesgos que afectan a los puestos de trabajo tan particulares que se dan en este sector, desde la administración, recepción y ventas, al mecánico electricista, el chapista, el soldador, el pintor, o las tareas de lavado manual y túnel de lavado.

LOS PELIGROS MÁS COMUNES

Entre los riesgos más comunes, la guía destaca los relacionados con las instalaciones eléctricas, los elevadores de vehículos, los trabajos en fosos, el riesgo de incendio y explosión, y los trastornos ergonómicos. La exposición a productos químicos y sus variantes vías de entrada son también riesgos peligrosos que pueden dar lugar a accidentes y enfermedades, afectando a la salud del trabajador e interrumpiendo el rendimiento de la empresa.

La falta de organización, orden y limpieza en los talleres son, en muchas ocasiones, causa frecuente de tensiones y precipitaciones innecesarias, que pueden dar lugar a accidentes, como golpes, esguinces o fracturas.

Además de los golpes, la guía enumera los cortes, los atrapamientos entre vehículos, los impactos contra los ojos --consecuencia de tareas de soldadura o pintura--, el contacto con disolventes y gases de escape, junto con las posturas forzadas, sobreesfuerzos y movimientos repetitivos como los riesgos más frecuentes a los que se exponen los trabajadores reparadores de vehículos.

Una vez identificados y descritos los posibles peligros, la guía detalla las medidas preventivas a implantar. Entre otras, subraya la importancia de trabajar siempre con el motor del vehículo parado, disponer de sistemas de evacuación de vapores o gases del escape, utilizar lámparas portátiles antideflagrantes, en caso de falta de iluminación, así como mantener limpio de grasa y aceite, tanto el interior del foso como las escaleras de acceso.

Sobre los equipos técnicos de protección individual para evitar accidentes son fundamentales el uso de mascarillas para polvo o productos químicos, pantallas de protección de cara y ojos, guantes y calzado de seguridad, mandil de cuero, arnés anticaída y protección auditiva.

Por último, frente al riesgo de incendio, el manual especifica los pasos a seguir según el tipo de fuego que se prenda en el taller, dependiendo del combustible sólido, líquido o gaseoso que lo provoque, ya que el tratamiento adecuado para apagarlo puede salvar vidas.