Linde Material Handling presenta sus nuevos modelos dentro de su innovadora serie de carretillas robotizadas Linde-MATIC: la transpaleta Linde T-MATIC y el apilador contrapesado Linde L-MATIC AC, que complementarán la gama disponible.

La transpaleta Linde T-MATIC dispone de horquillas de gran longitud para transportar dos palets al mismo tiempo y una capacidad de carga de tres toneladas. Por su parte, el apilador contrapesado Linde L-MATIC AC permite el transporte de contenedores de carga cerrados y está diseñado para la toma de cargas en estaciones de recogida y entrega que no son accesibles con los brazos de carga. Puede soportar cargas de hasta 1,2 toneladas. Estos dos nuevos modelos robotizados, que se suman a los lanzados el año pasado (el apilador Linde L-MATIC y el tractor Linde P-MATIC), están basados en las carretillas estándar de Linde y cubren una amplia gama de tareas en el almacén.

La intralogística del futuro estará interconectada digitalmente y más automatizada. Las carretillas MATIC pueden circular de forma autónoma por el almacén sin infraestructura adicional. Detectan obstáculos en tiempo real y se pueden modificar y ajustar a nuevas disposiciones de almacén. Con ellas, las rutas y accesos del área trazada en un mapa se pueden cambiar de forma fácil y rápida. Realizan sus tareas con independencia de las horas de trabajo con la máxima seguridad en el tráfico.

En combinación con módulos LAN inalámbricos (COMBOXes), el software de supervisión de las carretillas garantiza la conexión con los elementos, como transportadores de rodillos, cintas, retractiladoras y puertas automáticas. Recibe órdenes de sistemas corporativos ERP o de gestión de almacén (WMS) y las traduce en órdenes de transporte. Además, permiten interconectar su flujo de material interno de forma gradual paso a paso.

Fase 1: Cuando las condiciones de funcionamiento son simples, pueden trabajar autónomamente, sin conexión. En este caso, las órdenes de transporte se activan a través de la pantalla táctil de la carretilla o están programadas.

Fase 2: Los vehículos robotizados se comunican a través del software de supervisión y se conectan con máquinas e instalaciones individuales, por ejemplo, un escáner de código de barras o un sensor de presencia en un extremo de un transportador de rodillos. El apilador robotizado hará el recorrido hasta el sitio, recogerá el palet y lo trasladará al destino solicitado, a la reserva de materiales de una planta de producción, por ejemplo.

Fase 3: El software de supervisión de las carretillas puede intercambiar información con el sistema WMS o el ERP. El ordenador gestiona pedidos, asigna labores de transporte con rutas optimizadas, recibe feedback de las carretillas y gestiona el tráfico, añadiendo una gran dosis de inteligencia a la flota. H