El ladrillo empieza a dejar atrás el estado de shock en el que ha vivido en el último lustro y, poco a poco, va saliendo del coma. Las reformas y la construcción de viviendas remontan en la provincia, aunque lo hacen de una manera muy tímida y con datos que todavía se sitúan a años luz de los registrados antes de que estallara la burbuja.

La construcción de viviendas unifamiliares es el sector en el que más se nota este repunte. Ejemplo de ello es la zona del Pau Lledó de la capital, donde tras años de parálisis casi total empiezan a verse algunas grúas. En la provincia, durante los ocho primeros meses del año se visaron 102 proyectos, 20 más que en mismo periodo del 2015. Algo que también ocurre con las obras de reforma y ampliación, unos proyectos que han alcanzado este año los 164.

Lo que sigue moviéndose muy poco en Castellón es la construcción de viviendas en bloque, unos números que siguen siendo muy bajos y que distan mucho de lo que sucede en provincias como Alicante, Málaga o las Islas Baleares.

En este sentido, las estadísticas que hizo públicas hace unas semanas el Ministerio de Fomento constatan que, de enero a agosto de este año, los arquitectos técnicos han visado 399 proyectos de dirección de obra, lo que supone un 71% más que la cifra registrada en el mismo periodo del 2015, cuando fueron 233. Las 400 obras en los primeros ocho meses del año suponen prácticamente el mismo número que en todo el 2015.

Según los datos que maneja la Generalitat, la provincia de Castellón ha obtenido aprobación para subvencionar 78 proyectos, frente a las 27 anteriores (casi el triple), con un presupuesto que asciende a 1.392.585 euros.

Un panorama cuyas cifras también se trasladan a los últimos datos aportados por la EPA, que confirma que todos los sectores económicos presentan síntomas de mejoría, entre ellos la construcción, con obras menores que impulsan la actividad, y el sector industrial. El porcentaje de los castellonenses que trabaja en fábricas es el 24%, con lo que sube cinco puntos más que en el 2015, cuando ocupaba el noveno puesto del ránking. La mejoría para esta actividad, con el azulejo como pilar, se refleja también en que su porción de la tarta del empleo en Castellón, supera en más de diez puntos la media nacional, del 13,7%.