El director pedagógico de Secundaria y Bachillerato del Colegio San Cristóbal, Javier Rello, desgrana en esta entrevista los ejes del modelo de educación emocional que se imparte en las aulas, que aporta a los alumnos las herramientas necesarias para encarar la vida adulta con madurez y equilibrio.

¿Qué es la educación emocional?

La educación emocional, como su nombre indica, se refiere a educar teniendo en cuenta las emociones. Todos los seres humanos somos sociales y nos diferenciamos de los animales en que, además de emociones, también razonamos. Es fundamental que los alumnos conozcan de primera mano cuáles son sus emociones y qué sienten para dar una respuesta adecuada a las distintas necesidades que puedan surgir en su vida.

¿Qué objetivos persigue el Colegio San Cristóbal al trabajar la educación emocional con los alumnos?

El centro pretende que los alumnos crezcan de manera equilibrada. Entendemos la felicidad no como un estado permanente de alegría, sino como una manera adecuada de afrontar las diferentes situaciones académicas, familiares y sociales que surgen a lo largo de la vida. Los alumnos deben poder gestionarlas y aplicarlas para lograr un proyecto de vida íntegro.

¿Cómo trabaja el centro esta disciplina educacional?

Nosotros trabajamos la educación emocional basándonos en el modelo del catedrático Rafael Bisquerra, uno de los mayores expertos de este país en la materia, que se centra en el desarrollo de las cinco competencias emocionales básicas: la conciencia emocional, que consiste en conocer las emociones; la regulación emocional, que se basa en saber dar una respuesta adecuada a la emoción en función del momento en el que se recibe; la autoestima; las habilidades socioemocionales; y, por último, las habilidades para la vida y el bienestar, que facilitan un desarrollo completo.

¿Varía la educación emocional en las diferentes etapas educativas del Colegio?

Sí. En todas las etapas educativas trabajamos las cinco competencias emocionales que ya he mencionado pero, dependiendo de la etapa en la que estemos, las actividades van guiadas en función de los alumnos. Por ejemplo, en Infantil les enseñamos a reconocer todas las emociones y luego, en las etapas posteriores, las regulamos y aplicamos en el entorno más cercano, como el aula o la familia, y después en la sociedad y en su plan de vida personal.

¿Qué asignaturas están relacionadas con esta disciplina?

De manera directa trabajamos la educación emocional una hora semanal en Infantil y Primaria, y una hora quincenal en Secundaria y Bachillerato. Además, transmitimos la educación emocional en todas las asignaturas y en todo el centro, de manera transversal.

¿Qué actividades específicas se realizan?

En la tutoría se trabajan diferentes actividades. Primero se organizan actividades de cohesión de grupo para facilitar que los alumnos se conozcan entre ellos y acepten que cada uno es distinto y después se trabajan diferentes dinámicas, a veces de manera real y otras de manera ficticia, para que los alumnos sean conscientes de todas las implicaciones. A nivel tutorial también se trabaja cualquier problema o situación que al alumno le sobrepase a la hora de controlar sus emociones.

¿Cómo sabemos si el programa sobre educación emocional es efectivo?

Evaluamos periódicamente el resultado práctico del programa sobre educación emocional. Y está comprobado que nuestros alumnos mejoran su rendimiento académico; logran una adecuada adaptación social, escolar y familiar; y aumentan sus habilidades sociales y de relación interpersonal.

¿Qué beneficios psicológicos reporta a los alumnos?

Los seres humanos tenemos tres cerebros: el cerebro reptiliano, que nos permite la supervivencia; el cerebro emocional y el cerebro cognitivo. La parte emocional y la cognitiva tienen que ir unidas. Queremos que el alumno no actúe simplemente por lo que siente sino que en primer lugar sienta, luego piense y por último actúe. Intentamos evitar que la emoción pase por encima de la razón.

¿Recibe el profesorado formación específica?

Sí, todo el profesorado del Colegio San Cristóbal se ha formado de la mano del catedrático Rafael Bisquerra. Posteriormente hacemos actualizaciones de formación, ya que todos los recientes avances sobre la neurociencia nos dan más pistas sobre cómo funciona el cerebro. Por ejemplo, actualmente estamos recibiendo formación específica a cargo de Josep Arregui, experto en neurociencia, tanto para reforzar toda la parte emocional como para trabajar la neuroeducación, que es una disciplina que estudia el papel que juega el cerebro en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y que consiste en acercar este conocimiento al aula para que el profesorado sepa lo que funciona y por qué funciona.