Recientemente desde UGT se tuvo que acudir a la Inspección de Trabajo para denunciar la publicación de una oferta de trabajo en la que, además de solicitar determinadas aptitudes y conocimientos, se exigía que los candidatos no estuviesen afiliados a ningún sindicato. Huelga decir que tras constatar los hechos, la Inspección sancionó a la empresa por la comisión de una infracción muy grave de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social. Resulta evidente y debiera ser conocido que nuestra normativa, nacional e internacional, prohibe discriminaciones como las descritas en el citado anuncio, que nos acercan a la visión decimonónica de los sindicatos, más como enemigos del patrón que como legítimos representantes de los intereses colectivos de los trabajadores y trabajadoras llamados a jugar un papel fundamental en la normalización de las relaciones laborales y, por lo tanto, en la mejora de la competitividad de las empresas.

Desde hace tiempo se escuchan opiniones que hablan de la necesidad de modernizar los sindicatos de nuestro país, ya que según los que así se manifiestan, se trata de organizaciones arcaicas y alejadas de la realidad social y laboral, más preocupadas de defender los intereses de sus afiliados y de sus dirigentes que los de aquellos a los que dicen representar. No es necesario que les diga que no estoy de acuerdo con gran parte de estas afirmaciones. No seré yo quien no reconozca lo imperioso que resulta que las organizaciones sindicales adapten sus estructuras y sus estrategias a la nueva realidad del mercado del trabajo. Un cambio con el objetivo de hacer frente a escenarios laborales cada vez más heterogéneos tanto desde el punto de vista de las actividades económicas como de las nuevas realidades empresariales que hacen necesario organizaciones sindicales más flexibles, ágiles y cercanas a la necesidades de los trabajadores y trabajadoras. Capaces de dar respuestas sindicales a escenarios laborales diversos y complejos con un nexo común, la precarización de las condiciones laborales y un menoscabo de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

La realidad es que en un sistema de relaciones laborales moderno y alejado de la concepción patrimonial de la empresa las organizaciones sindicales no se limitan a representan los intereses de los trabajadores y trabajadoras, sino que actúan como nexo de unión entre la dirección de la empresa y la plantilla, democratizando las relaciones laborales en el seno de la empresa y contribuyendo a una adecuada integración de los intereses de la dirección con los de los trabajadores, y primando así los objetivos de la empresa, entendida esta como el espacio en el que se ponen en común intereses de capital y trabajo a fin de satisfacer las necesidades de ambos.

Así pues, las organizaciones sindicales deben hacer frente hoy a nuevos retos y a otros antiguos envueltos en nuevos ropajes, pero de lo que no cabe duda es de que siguen siendo organizaciones necesarias, y esto es lo que llevará a UGT a afrontar durante el año que acabamos de iniciar uno de los cambios más profundos en sus más de 100 años de historia. Algunos lo llaman refundación, yo más bien creo que es un salto evolutivo que pretende transformar nuestra organización en un instrumento más eficaz y eficiente al servicio de los trabajadores y trabajadoras, una organización diferente para reforzar nuestra presencia en los centros de trabajo ofreciendo mejores respuestas y soluciones a los nuevos retos a los que se enfrentan los trabajadores y trabajadoras, de forma ágil pero rigurosa, más transparente, democrática y participativa. Este cambio, que pretende construir un nuevo sindicato al servicio de un nuevo modelo de relaciones laborales, ha de servir al mismo tiempo para reforzar nuestra presencia en la sociedad, ya que nuestra organización nunca aspiró tan solo a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras, sino a transformar la sociedad y eso debemos hacerlo apostando por un sindicato con mayor presencia en las empresas que, sin olvidar la relevancia de la dimensión territorial de la acción sindical, aporte propuestas y soluciones a los graves problemas que afectan en estos momentos a los ciudadanos y ciudadanas. H

*Secretario general de UGT-CS