Cada vez que un autónomo sube la persiana de su negocio, desde ese momento se empiezan a generar un gran número de gastos que deberá afrontar y arriesgar con antelación y sin saber de qué ayudas podrá disponer para hacer frente. Pagando impuestos (IVA o IRPF) por adelantado de facturas que ni tan siquiera sabe si va a cobrar. España siempre fue una nación de emprendedores, sin miedo a emprender cualquier viaje hacia el éxito.

Durante los tres primeros meses del año pasado los trabajadores autónomos habían generado casi 25.000 nuevos puestos de trabajo asalariado, que suponía la creación de 300 empleos netos al día.

Hay que destacar un par de datos curiosos: los autónomos que cuentan con al menos un asalariado a su cargo, han crecido en casi 9.000 personas.

Como se puede observar, son cifras que indican que se debería apoyar más a los autónomos porque son un gran motor del país que pueden generar puestos de trabajos y con ello que el dinero comience a circular y fluir.

En lo que nos concierne aquí, la economía castellonense se sustenta en gran parte por los autónomos, los cuales conforman la clase media, como en gran parte de la nación.

Son los grandes perjudicados por las políticas de austeridad de la crisis y por ello son muchos los que, por falta de ayudas se ven obligados a cerrar sus negocios, dejando un gran número de familias en paro y en unas situaciones de emergencia social.

Pensemos en cómo echarles una mano a los autónomos y emprendedores con ayudas en forma de bonificaciones a la hora de contratar a nuevos trabajadores o a la hora del pago de impuestos para que no vayan tan asfixiados. Nuestros gobiernos deberían luchar más por conseguir que desde Europa se considerara a este sector de sectores, lo suficientemente importante como para recibir apoyos ya que fomentan el consumo y empleo, por lo que deberían minimizar sus riesgos.

Quiero hacer una defensa a aquellos autónomos que religiosamente pagan sus impuestos con el esfuerzo que ello les supone y que bien merecen que se les ayude, en contraposición con otros que no lo hacen y prefieren trabajar con economía sumergida sin satisfacer dichos impuestos.

Considero que hay muchas personas que realizan su actividad en la economía sumergida, ya que al percibir ingresos bajos creen que no les merece la pena darse de alta en la Seguridad Social y Hacienda y pagar la cotización de autónomo e impuestos relacionados. Es por ello que gran parte de la economía sumergida desaparecería si se dieran ayudas a los profesionales de cada sector que emprendieran su camino hacia el autónomo.

Los gobiernos, casi siempre, a la hora de dirigir su mirada para favorecer y ayudar a núcleos poblacionales, se fija en otros grupos que parece que interesen más, pero ¿y los autónomos? ¿No se merecen también ser apoyados? ¿Acaso no se dan cuenta que son uno de los motores de la economía de un país?

Los autónomos son los grandes olvidados. Nadie se acuerda de ellos. Siempre salen a debate pero nadie hace nada o casi nada al respecto.

Pienso que apostar por autónomos y apostar por emprendedores, es apostar “a caballo ganador”, es apostar por la creación de empleo, es apostar por eliminar la economía sumergida. Es, en definitiva, apostar por intentar resurgir la economía.

Sin los autónomos, un país no se mueve. Toda la vida han sido un pilar fundamental para salir de las crisis que nos han acechado a lo largo de la vida.

No nos olvidemos de ellos. H

*Presidente Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas Castellón (COASVECA)