La suerte es caprichosa y el juego conlleva riesgos. El 13 de junio de 2015 tres fuerzas políticas unieron sus votos en un pacto cuyos intereses Burriana paga un año después. Jugaron a gobernar y administrar una ciudad con miras puestas en sus carteras, sin un proyecto de futuro y sin planes para el mañana. Llevamos catorce meses dando palos de ciego hasta el punto que el pasado julio llegaron desde el Cap i Casal para administrar nuestros intereses. Incapaces de gestionar un proyecto de ciudad, Burriana ha visto cómo en menos de un año la ciudad ha incurrido en déficit, puesto en la cuerda floja grandes proyectos y dormido en el cajón programas que debían garantizar el futuro de esta tierra de oportunidades. La falta de liderazgo, la tibieza en las decisiones y el peaje que los egos de un pacto de intereses se cobra a los bolsillos de todos los vecinos, ha conducido a Burriana, 14 meses después de aquel acuerdo, en una ciudad sin rumbo.

Creemos, como ya dijimos en esta misma columna hace meses, que la nuestra es una ciudad de oportunidades. Y por ello no podemos dejar a la suerte el futuro de los miles de vecinos que cada día con su esfuerzo levantan la economía de este municipio.

Es necesario un plan de futuro, un proyecto estratégico que establezca las prioridades de Burriana. Marque el mañana a corto, medio y largo plazo para que cada paso que demos esté dirigido al éxito. Y no se pierda en el descontrol y el abandono. En la dejación de funciones, en la cesión gratuita de nuestra autonomía a terceros que vienen imponiendo su criterio. Porque el futuro de Burriana no lo deciden fuera, lo decide el pueblo. H

*Portavoz del PP en Burriana