Pienso que gobernar una ciudad como la nuestra no es gobernar para unas minorías, ni gobernar al libre albedrío. Esto es más serio, señores. Hay que gobernar con sensatez y mirando por toda la ciudadanía.

Cuando se celebran espectáculos taurinos en Castellón no solo sirve para que cuatro aficionados disfruten de ver un toro pasear por las calles de su barrio. Entendemos que es mucho más que eso y los que organizamos dichos festejos miramos siempre por fomentar la convivencia y el fomento y mejora del comercio de nuestros barrios.

Todos sabemos que en las fiestas de nuestros barrios si no se hacen bous al carrer están prácticamente desiertas. El vecindario no vive las fiestas y no las siente como suyas.

Pongamos por ejemplo que en el grupo San Agustín y San Marcos, Grupo Reyes, etc. Barrios con tradición taurina, si en la actualidad, durante la semana de fiestas visitan el barrio unas 1.000 o 2.000 personas además de sus vecinos y vecinas, en los años en los que se celebraban espectáculos taurinos, los visitantes se triplicaban e incluso se cuadruplicaban. Y el impacto económico era bestial: las tiendas vendían, los bares y restaurantes daban de comer y cenar gran cantidad de menús, las panaderías duplicaban sus ventas... es toda una cadena que hace que el negocio local, el negocio de un barrio aumente de forma considerabl si hay actos taurinos.

Mi barrio, el grupo Rosario, del que estoy orgulloso, es un buen ejemplo. Un barrio de 400 habitantes que cuando celebramos las fiestas salimos a la calle y podemos llegar a 2.000. Los bares de mi barrio un sábado normal sirven 25 almuerzos, diez comidas, ninguna merienda y 12 cenas. Durante las fiestas, en las celebraciones taurinas, pueden llegar a los 200 almuerzos, 100 comidas, 50 meriendas y 150 cenas, sin contar los cafés, cervezas y refrescos extras. Además, el barrio se da a conocer al resto de visitantes, que durante esos días vienen a ver los espectáculos taurinos. Si no fuera por la celebración de estos actos, no conocería estos bonitos rincones de la ciudad que son los barrios, sus negocios de proximidad y, por encima de todo, su gente.

Desde estas líneas hago una reflexión para aquellos que quieren eliminar las celebraciones taurinas en la ciudad de Castellón. Eliminar estas celebraciones es también querer eliminar el comercio local de estos barrios, ya que durante estos días se llega a hacer gran parte del negocio del año y a muchos les salvan estas fechas, es querer eliminar unas tradiciones de más de 60 años, es querer eliminar actos donde se fomenta la convivencia y la participación entre el vecindario.

Defenderemos unas tradiciones que, a pesar de todo, se mantienen vivas y defenderemos a los que les gustan los bous al carrer. Y lo defenderemos con educación y respeto, respetando también a los que no les gustan estas celebraciones: libertad de expresión sin coartar tanto a los defensores como a los detractores.

No se entiende cómo se puede plantear la prohibición de los festejos taurinos en la ciudad de Castellón de la Plana, capital de una de las provincias con mayor arraigo y tradición en este tipo de espectáculos y con un impacto turístico y económico importante que conlleva. No hay más que ver la respuesta de la afición esta semana en Santa Quitèria.

Si con barrios pequeños se nos presenta esta problemática, imagínense con las fiestas de San Pedro en el Grao o con la Magdalena. Y si no, pregunten a los comercios del Grao qué ocurriría en unas fiestas de San Pedro sin espectáculos taurinos.

Espectáculos que siempre nos los hemos pagado nosotros con nuestro esfuerzo. H

*Presidente AAVV El Saboner -Grupo Rosario y miembro de la junta de Coasveca