Vergüenza ajena, un profundo malestar y repugnancia es lo que sentí cuando algunos integristas de los partidos independentistas catalanes utilizaron el dolor de muchas personas para sacar tajada política. Ya me pareció lamentable que la CUP pusiera condiciones diciendo quién podía ir y quién no a expresar su dolor, su respeto a las víctimas y rechazar el terrorismo. ¿Pero qué se ha pensado esta panda? Y con una actitud inmadura y ridícula dicen: Y si vienen los que no me caen bien me enfado y no voy ¿Se puede ser más absurdo? Cuestionar la presencia del presidente del Gobierno y del jefe del Estado, que les guste o no a estos radicales representan a todos los españoles y anteponer ideologías radicales y separatistas a un sentimiento de unidad, tolerancia y respeto hace que esta gente, que ha demostrado no tener un ápice de humanidad, se convierta en chusma.

Como el plan A, el de coaccionar para que fueran a la manifestación de Barcelona quienes ellos quisieran no les salió bien, los independentistas pasaron al plan B: rodear al Rey y a Mariano Rajoy con banderas independentistas e insultos indignantes. El respeto es una calle de dos direcciones, si lo quieres conseguir, lo tienes que dar. Yo lo siento, pero no puedo respetar a quienes hacen del circo, la radicalidad y la mala educación sus señas de identidad en la vida. En fin… todo lo que les diga es poco, fueron muchos los insultos que tuvieron que aguantar compañeros del PP y personas anónimas que solo querían rechazar y condenar, con todas sus fuerzas, el terrorismo y se encontraron con gentuza que quisieron aprovechar el luto y el dolor de toda España, para soltar sus soflamas separatistas y sus afrentas improcedentes; indignante.

Quiero recordar una frase de Voltaire, que resume bien la situación que tenemos en España con estos de la CUP: «La estupidez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás». Así que armémonos de paciencia, que buena falta nos va a hacer.

Quiero condenar con toda la rotundidad los ataques terroristas. No sé qué esperan conseguir asesinando a personas inocentes estos salvajes. Pero hay una cosa que deberían aprender: cuanto más nos ataquen, más unidos nos van a encontrar, cuánto más nos ataquen, más defenderemos la libertad. España entera gritaba «no tinc por», esa debe ser la actitud, pero si alguien, de forma lógica, sigue sintiendo miedo quiero decirle que no es valiente quien no tiene miedo, sino aquel que sabe conquistarlo.

*Diputada autonómica del PP