Manos Unidas celebra su campaña anual en la lucha contra el hambre en el mundo y por el desarrollo de los pueblos más pobres. El lema de este año, Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú, muestra la íntima relación entre el hambre y la pobreza, y el deterioro del planeta. Los pueblos más pobres son también los más afectados por la crisis medioambiental. Manos Unidas se hace eco de esta situación y cuestiona nuestros modos de vida y de consumo insolidarios e insostenibles.

Es innegable la crisis ecológica; la muestran fenómenos como el cambio climático, la desertificación, la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de mares y ríos o la pérdida de la biodiversidad, entre otros. Todo ello repercute en el ejercicio de derechos humanos como el derecho a la vida, a la alimentación, a la educación, a la salud y al desarrollo humano y social. Además, muchas personas tienen que abandonar su tierra por el deterioro medioambiental.

El papa Francisco, en su encíclica Laudato si, nos urge a poner remedio a los males medioambientales y al problema de injusticia social, unido a ellos. El auténtico desarrollo humano y de los pueblos peligra cuando se abusa de la tierra. Es necesario volver nuestra mirada a Dios. «Y vio Dios que era bueno», nos dice el libro del Génesis (1,25). La tierra, las aguas, los árboles, los animales y el ser humano: todo es bueno a los ojos del Creador. La tierra es un don de Dios, en cuya cima ha situado al hombre y a la mujer para «llenarla» y «dominarla» como «administradores» de Dios (cf. Gn 1,28). Este encargo es una llamada a la responsabilidad. Somos administradores, y no dueños de la creación. El ser humano no puede disponer de ella a su arbitrio, ha de administrarla con responsabilidad, justicia y solidaridad, de modo que todos dispongan de lo necesario para vivir con dignidad.

Por desgracia, la respuesta humana a este regalo de Dios ha estado marcada por el pecado, por el egoísmo y la codicia. Esto pide programas de desarrollo que sean justos en la lucha contra la pobreza y respetuosos con el entorno. Esto nos llama a cambiar nuestra mente y nuestros hábitos de vida y de consumo insolidarios e insostenibles. Apoyemos la Campaña de Manos Unidas.

*Obispo diócesis Segorbe-Castellón