El próximo día 17 celebraremos el Jubileo de la Misericordia del emigrante y del refugiado en la Jornada Mundial dedicada a este grupo de personas. Todos los cristianos de nuestra Iglesia de Segorbe-Castellón estamos llamados a participar en esta celebración, en la Concatedral de Santa María de Castellón, a las 19.00 horas. Como reza el lema de la Jornada de este año, los “emigrantes y refugiados nos interpelan” y nuestra respuesta comienza por sentir dolor y compasión ante los millones de personas que huyen ante la guerra y la persecución.

Como creyentes y como Iglesia no podemos quedar indiferentes o callar. Cierto que fue muy rápida y generosa vuestra respuesta a nuestra llamada de hace unos meses ante el drama de los refugiados; muchos se ofrecieron como voluntarios y otros pusieron a disposición medios económicos y materiales para acoger a los que huyen de las guerras en Oriente Medio. Pero por desgracia seguimos esperando que la administración civil nos soliciten los medios ya disponibles. Parece que pasada la fase de emergencia del primer momento y la desaparición de los refugiados del primer plano de los medios de comunicación, todo haya caído en el olvido.

Hemos de mantener viva nuestra conciencia ante fenómeno migratorio, examinar sus causas y analizar sus problemas tanto desde el punto de vista humano, económico, político, social y pastoral. Nos urge plantearnos nuestra actitud y redoblar nuestro compromiso real con las personas de los emigrantes, de los refugiados y de sus familias. Como personas humanas que son, los inmigrantes se merecen el mismo respeto, estima y trato que los nativos.

Los cristianos hemos de tener siempre presentes las palabras de Jesús: “Fui extranjero y me acogisteis” (Mt 25,35). H

*Obispo de Segorbe-Castellón