Nueve meses es un tiempo razonable para que el tripartito se haya situado en sus puestos de responsabilidad, deje de lado el autobombo, atienda a la ciudadanía, y abandone sus disputas internas. Pero el tripartito está tan pendiente de su lucimiento personal, que desatiende su gestión. Voy a poner dos ejemplos. Uno es la rotonda del cruce de las avenidas Agricultor y Corazón de Jesús, que solo tres días después de abrirla a la circulación vimos como un autobús se quedó atascado y no pudo pasar. La explicación de Tania Baños fue muy seria, a la altura de lo que se espera de la alcaldesa de la Vall: estaban de pruebas.

Poco después el tripartito decide saltarse a Esquerra Unida que pedía que no se tocara ni una baldosa de la plaza de la Asunción porque no querían que se hicieran allí actos taurinos por las fiestas del 225 aniversario del Campanar. Rápidamente la maquinaria se pone en marcha y en pocos días empiezan las obras de peatonalización de la plaza. Cuando ya están casu acabadas, el 16 de marzo Tania Baños reúne a no sabemos qué vecinos para explicarles el proyecto y dice durante la visita a la falla del Hogar Sagrada Familia que están encantados. Solo seis días después, el 22 de marzo, Tania Baños se acerca a la plaza de la Asunción para pactar con los vecinos una peatonalización que ya está acabada. ¿El motivo de la reunión in situ? Las quejas de los vecinos y comercios que viven en la zona de la plaza de la Asunción a los que Tania Baños intenta contentar después de saltarse por completo la participación, algo que tanto le gusta.

La Vall no está para pruebas. El tripartito no debe engañar a la ciudadanía. H

*Concejal del PP en la Vall