Llevamos unos años, donde después de una larga y salvaje crisis, que ha venido a romper modelos y proyectos de vida, vaciando de contenido o sentido discursos enteros, anhelos y expectativas, podemos observar cada una de nosotras y nosotros en nuestro alrededor qué efectos ha producido en nuestra sociedad en general y en las personas jóvenes en particular los pasos dados en forma de políticas en el mundo del trabajo.

Y me explico, podemos observar como una amplia mayoría de personas jóvenes muchas con grandes currículums académicos, otras no tanto y otras con ningún título como consecuencia de haber formado parte de las filas de lo que denominamos los sectores de mano de obra intensiva, padecen un duro presente e indeterminado futuro en sus condiciones laborales.

Ahora mismo, en plena campaña estival, es donde de manera más notable, podemos ver a estas personas jóvenes atender a este país de servicios, que es en lo que nos hemos convertido. Y no es que esté en contra de este sector o sectores, ni mucho menos, pero me gustaría que estos sean, fueran o fuesen de calidad, de derechos, de dignidad. Por el contrario vemos como se ha perpetuado el modelo de la explotación, de la desregulación, de los bajos salarios. Las precarias condiciones a la que la mayoría de las personas jóvenes están siendo sometidas, tienen memoria, y es que no solamente esas condiciones tienen un reflejo en lo inmediato, aquí y ahora. En mi opinión, se está inoculando a toda esta generación a la resignación, se les está preparando para cuando en muchos casos y después de finalizar sus estudios y ya no accedan al mundo del trabajo de manera coyuntural, para ayudar a pagar sus gastos, sus estudios y lo hagan ya como personas que quieren basar su proyecto vital y profesional en aquello que han sido formados, lo hagan de manera adormecida.

El sistema aplica medidas que generan memoria en las psiquis de las personas y mientras han estado realizando trabajos de verano para coadyuvar a la economía familiar, se les ha estado preparando para tener a toda una generación sumisa, dócil, reverente para el futuro. Que poco o nada sabe de la necesidad de organizarse como trabajadoras y trabajadores, para de manera colectiva defender sus derechos o ampliarlos. Esto no pasa en exclusiva en el sector al que hacía referencia anteriormente, es más, pasa en todos y toda esta generación al igual que las actuales, padecerá esas condiciones en cada uno de los sectores.

La falta de seguridad y salud en los puestos de trabajo, los bajos salarios, las jornadas excesivas y su infradeclaración, la temporalidad, la parcialidad, la rotación entre empresas y sectores, en definitiva, la precariedad instalada en régimen de semiesclavitud son ya las condiciones que se están dando en el mundo del trabajo. Pero de no tener una generación con más conciencia en lo laboral y en lo social, más organizada sindicalmente y más combativa, me temo que serán condiciones a perpetuidad.

El virus, con las sucesivas reformas laborales que nos han ido introduciendo, nos ha llevado a ser una sociedad enferma en valores, en sentimiento de pertenencia a la clase obrera, de sentirnos personas libres, de luchar por aquello que creemos es justo, está ganando el miedo. Por eso hoy desde esta tribuna de CCOO me dirijo de manera tan especial a las personas jóvenes, para que entre todas seamos capaces de crear los anticuerpos correspondientes y logremos expulsar el desánimo de nuestra conciencia individual y colectiva.

Para nada quiero que se interprete que estoy culpabilizando a esta generación de jóvenes por tener que sufrir estas condiciones, al contrario, deseo que no sucumban ante estas realidades, que lo peleen e incorporen la actitud de la disputa de sus mejores condiciones. Y por supuesto, a quienes tienen la encomienda de gobernar, la sugerencia de pensar cada vez que legisla en la dosis de dignidad que contienen las medidas que nos plantean. Como decía recientemente la secretaria de juventud de CCOO-PV, Ana Belén Montero: «No se puede seguir negando el presente y el futuro a toda una generació».

*Secretario general CCOO comarques del Nord