Fue un 6 de septiembre. Tania Baños, alcaldesa de la Vall d’Uixó, declaraba el municipio en bancarrota y animaba al resto de ayuntamientos a rescatar nuestra ciudad. Desde ese momento, no dejaron de sucederse las llamadas de amigos y compañeros de partido, de este y otros municipios, preguntando si era verdad lo que acababan de escuchar.

Solo siete días antes el concejal de Hacienda alardeaba de la buena salud económica del ayuntamiento. Sus socios de gobierno se apresuraron en desmentirla y demostrando que Tania Baños había mentido. Ella, como si gobernar fuera un juego, dijo en pleno que todo fue una ironía. Incluso su número dos, Antoni Llorente, de Esquerra Unida, la justificó diciendo que la alcaldesa había tenido un mal día.

No sé si es peor que la alcaldesa nos engañe o que sus socios de gobierno evidencien que es una mentirosa. Y no es la primera vez que lo hace. Solo una semana después de inventarse la bancarrota nos sorprende con una sentencia falsa y asegura que han condenado al Ayuntamiento de la Vall a pagar más de 600.000 €. Un día después, el tripartito asume que fue un error de interpretación. Otra mentira.

La alcaldesa de la Vall está tan obsesionada con hacer daño al PP que es capaz de todo. No hay mentira que se interponga en su camino de desprestigio hacia los que no pensamos como ella.

Como el alcalde de Cádiz, el podemita Kichi, Tania Baños declaró el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó en bancarrota. Ahora sabemos que lo que dijo era mentira y casi dos semanas después sigue sin pedir disculpas a los ciudadanos por habernos engañado. H

*Concejal del PP la Vall