El president Ximo Puig llegó al gobierno de la Generalitat valenciana cogiendo el timón de una comunidad marcada por los indecentes e innumerables casos de corrupción protagonizados por dirigentes del Partido Popular. Una losa que lastraba la reputación de todas y todos: el bochornoso reality de la corrupción y del despilfarro.

Los casos de corrupción del PP abrían las noticias diarias, las siguen abriendo, avergonzando a todos los valencianos. Recuerden: Un exconseller se quedó el dinero de la ayuda a la cooperación internacional para comprarse unas plazas de párking y un piso; se saquearon nuestras cajas de ahorros; se contaban dentro de un coche los sobres de dinero de todos los valencianos, «mil, dos mil, tres mil… dos milions de peles»; los estands de Fitur obraban «Milagrosas» contrataciones; se robó en nombre del Papa en su visita a València; se saqueó RTVV hasta su cierre; Terra Mítica, Gürtel, Erial, Brugal, Emarsa, Imelsa, Noos, Carlos Fabra, etc.. La lista de la indecencia parece no tener fin.

Hubo personas beneficiarias de un contrato laboral que nunca fueron a trabajar, ni tenían despacho. Nadie les vio nunca por la oficina, los llamados trabajadores zombis. Todo está en los tribunales, algunos casos ya juzgados y con ex dirigentes en prisión. Una pesadilla que no acaba: Hace días se ha imputado a antiguos altos cargos del PP por los patrocinios de Aerocas. Suma y sigue.

Pese a ello, algunos/as de quienes protagonizaron, aplaudieron, callaron, o consintieron esos escándalos pretendan dar lecciones de moral. Es el caso de la portavoz de Educación del PP en Les Corts, Beatriz Gascó. Lo ha hecho con acusaciones falsas sobre presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones a los medios de comunicación para el fomento del valencià. Sorprende su cinismo cuando la antigua directora general de Política Lingüística del PP repartía estas ayudas entre siete empresas, alguna de las cuales se llevaba más de un millón de euros, manipulando los plazos de justificación de las mismas según informó hace unos días un medio de comunicación, mientras que ahora las empresas beneficiarias han pasado a ser más de 170. Entre ellas, la que dirige el hermano del president Puig en una comarca como Els Ports donde no sobran iniciativas empresariales ni medios de comunicación de proximidad. Una empresa con más de 20 años de existencia que nació mucho antes de que Ximo Puig llegara a la Presidencia de la Generalitat y que cumple un servicio que ningún otro grupo de comunicación presta en esa comarca de interior. La pregunta es sencilla, ¿y por qué no iba a concurrir a esas ayudas si cumple los requisitos como cualquier otra de las empresas beneficiarias? ¿No tendrá el mismo derecho que las demás?

Siempre hablan quienes más tienen que callar, los que más ensucian la política. Portavoces de un partido condenado por la Audiencia Nacional por lucrarse de la trama Gürtel tras acreditar la existencia de una caja B. Olvida la señora Gascó que ella fue contratada como telefonista para la empresa Ciegsa, pero que nunca se la vio por allí. Por cierto, una empresa que se utilizó para saquear las arcas públicas y que dejó una deuda de 1.700 millones de euros, con mil millones entre sobrecostes y coste de la sociedad, tal como evidenciaron los interventores de la Generalitat valenciana, en la construcción de colegios durante esos años. A pesar de gastar casi 3.000 millones de euros, 15.000 estudiantes de enseñanza primaria seguían dando clase en barracones cuando en el 2015, el PP dejó el gobierno de la Generalitat.

Frente a la corrupción y el despilfarro que significó Ciegsa, el Consell de Ximo Puig ha puesto en marcha Edificant. Un programa que ha hecho posible hasta la fecha la aprobación de propuestas para 395 proyectos de obras en 169 municipios, con una inversión de 471 millones de euros. Un total de 349 ayuntamientos han presentado proyectos para 634 centros desde que arrancó el programa en octubre del 2017.

El Consell que preside Ximo Puig está levantando esa hipoteca reputacional que nos dejó el PP. Y lo hemos hecho juntos, todas y todos, acompañados por un gobierno honesto que trabaja con la sociedad civil para conseguirlo. Un Gobierno que ha ofrecido la estabilidad y seguridad jurídica para que ahora lideremos la inversión extranjera en nuestro país, así como la creación de empleo, por eso nuestro crecimiento económico está por encima de la media nacional. Ladran, luego cabalgamos.

*Diputada del PSPV en Les Corts Valencianes