Llevo más de 40 años cotizando y pagando religiosamente nuestra Seguridad Social y lo que me ha pasado ahora nunca me había pasado. No hay derecho que hagan cosas así.

Mi mujer está convaleciente y esperando una operación de rodilla y, por segunda vez en dos meses, nos tiran para atrás y nos dicen que se suspende la intervención. Si bien la primera vez tuvieron la delicadeza de llamarnos el día anterior, el jueves 29 de septiembre ni tan siquiera eso. Nos avisan cuando ya estábamos aparcando el coche para entrar en el Hospital General.

Señores, no jueguen con los sentimientos de las personas. Somos humanos y no máquinas ni bultos que pueden tratar como tales. Dedíquense a atender a las personas y a cubrir las primeras necesidades, no con las tonterías. H

Julio Azorín López