Estas semanas estamos asistiendo diariamente a noticias sobre la realidad que supone el cambio climático debido a la celebración de la COP25 en Madrid. La avalancha de información es grande sobre la necesidad de medidas de mitigación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera para evitar que la temperatura siga subiendo y atenuar así las virulentas reacciones de nuestro sabio planeta en forma de tormentas, lluvias torrenciales, sequías, olas de calor, y cómo no, importantes tempestades marinas que acechan las costas.

Se está hablando también de medidas de adaptación, aquellas que tenemos que tomar para prevenir y enfrentar estos efectos climáticos, y que pasan por establecer alertas tempranas ante desastres climáticos que nos permitan reaccionar a tiempo, desarrollar protocolos de actuación, identificar los lugares en el territorio más vulnerables ante estos desafíos, el uso más eficiente del agua, etc. Entre las zonas más vulnerables se han identificado las franjas costeras, debido al aumento en la frecuencia de los episodios extremos de mares y océanos, y la previsión de la elevación del nivel del mar.

UNA DE LAS medidas de adaptación que se propone en el litoral es evitar construir en áreas donde estos incrementos del nivel del mar pueden afectar a infraestructuras y edificaciones. ¿Pero qué pasa cuando estas edificaciones ya existen? Pues en este caso la acción de adaptación pasa por la protección de la costa para evitar en la medida de lo posible que el mar les afecte durante esos episodios extremos.

Estos días hemos sufrido en el litoral sur de la provincia de Castellón estos fenómenos extremos y en particular lo ha padecido el término municipal de Nules. Ante estos episodios las medidas de adaptación pasan, según los técnicos del Servicio Provincial de Costas de Castellón, y a la realidad nos remitimos, por la inacción a la hora de proteger la costa de Nules, es decir, no hacer nada y que el mar destruya este importante patrimonio etnológico que suponen les casetes de primera línea de playa que datan de la primera mitad del siglo pasado. Parece que para estos ecuánimes técnicos el cambio climático solo afecta de manera irremediable a la costa de Nules, pues en otros tramos de la costa menos necesitados y con menos valor patrimonial-cultural sí que resulta pertinente tomar las medidas de adaptación oportunas construyendo defensas, espigones de bastante envergadura y regenerado la costa con la constante provisión de áridos.

Esta última tempestad del mare nostrum, corta pero virulenta, ha rebasado todos los límites conocidos afectando a las casetes de primera línea de Nules, llenado de arena y grava las marquesinas y el interior de alguna que otra caseta, arrasando juegos infantiles, pasarelas, duchas y papeleras. Esta tempestad, sin ser la más virulenta, si que ha afectado mucho más al patrimonio de Nules porque el Ministerio para la Transición Ecológica y su representantes en la provincia no se han dignado a reforzar los malogrados espigones de Nules ni a regenerar las playas con áridos, así pues, esta tempestad nos ha sorprendido más desprotegidos que nunca, y esto va a peor como no se tomen las medidas necesarias con suma urgencia.

Casi 90 años de desamparo llevamos sufriendo los nulenses por parte de nuestros «servidores públicos» ya que las acciones desarrolladas hasta la fecha han sido meros parches puntuales sin atender a una estrategia general que proteja y consolide la costa de Nules. Desde la construcción del puerto de Burriana a finales de los años veinte del siglo pasado, y que está demostrado que es el factor más importante que ha causado y causa la regresión del litoral del término municipal de Nules, poco se ha hecho por proteger la costa de este municipio. Así pues, necesitamos la ¡regeneración y protección de nuestra costa ya!

Necesitamos que los técnicos-funcionarios del Servicio Provincial de Costas de Castellón y sus jefes políticos de Madrid, al igual que nuestros representantes en las instituciones de la Comunitat Valenciana, velen por los ciudadanos, por el patrimonio y por la protección de nuestras costas con independencia de otros intereses, caso contrario el litoral de Nules está condenando a la fatalidad.

*Directiva de la Asociación de Vecinos Mare de Déu del Carme de Nules