Aunque desde los sindicatos, ya lo veníamos denunciando, ha sido ahora cuando han salido los datos del primer semestre sobre la siniestralidad, lo que ha puesto encima de la mesa el grave tema de los accidentes laborales en nuestro país. Y no hay más que fijarse en los datos para comprobar que este problema, lejos de remitir, va en aumento. De hecho, en este primer semestre de este año, se produjeron más de 276.000 accidentes, con 301 fallecidos. Con respecto al mismo periodo del pasado año 2015, se produjo un incremento del 8,6% en esta materia.

La justificación por parte del director de Relaciones Laborales de la CEOE, es “por el aumento de la actividad económica”. Según eso, ya que hay muchos menos alumnos en el sector de la educación que hace ya algunos años, debería haberse reducido el fracaso escolar ¿no? La verdad, es que al igual que su jefe Rosell, con lo de que el contrato indefinido era del siglo XlX, cada vez que alguien de la CEOE habla, sube el pan.

Teniendo en cuenta, que los sectores donde más accidentes laborales se producen es en el sector de la construcción, seguidos de la agricultura y la industria, y posteriormente los servicios, desde UGT tenemos claro que este incremento que se produce desde el pasado año 2012, se debe a la precariedad en el empleo. En su calidad y en su temporalidad. En su calidad, ya que los trabajadores no se atreven a reclamar ante las condiciones que se les impongan, por el miedo a no seguir trabajando, con el consabido estribillo “ahí fuera, hay muchos que lo harían sin rechistar”.

Y la temporalidad, ese gran problema que ya hemos apuntado en alguna que otra ocasión en este mismo diario. Con un 90% de contratos temporales que se realizan, la mayoría de menos de dos meses, ¿quién va a reclamar nada? Además, menos las empresas medianamente serias, el resto... ¿para qué se va preocupar de formarlos en la prevención si dentro de cuatro días ya no van a estar? Este es el triste panorama establecido de la relación entre los contratados actuales y la siniestralidad laboral.

Otra cosa es, los accidentes in itinere, que en su mayoría se producen con las mujeres, pese a ser menos población laboral, y menor población conductora. Pero no por ello, con menor riesgo de sufrir un accidente, sino más bien al contrario, ya que son también ellas las que sufren en mayor porcentaje la precariedad, por lo que a veces tienen necesidad de realizar varios trabajos a tiempo parcial para poder obtener un salario medianamente digno, pero que conlleva un elevado número de desplazamientos.

Ligado íntimamente con lo apuntado arriba, aunque no exista precariedad, uno de los factores que produce los accidentes in itinere, son los que se realizan durante la hora de la comida, en las jornadas partidas, por las prisas debido al tiempo que se dispone para desplazarse, ir a comer y volver después a tiempo al puesto de trabajo.

Hace ya mucho tiempo, que los sindicatos presionamos, y conseguimos que se promulgara la ley de Conciliación de la Vida Laboral y Familiar. Después, ante su falta de aplicación, hacemos constar esta medida en la mayoría de los Convenios para que no se pueda aducir y presentar su desconocimiento. Pues bien... ¡Hay que utilizarla! ¿Por qué no se puede hacer jornada intensiva en vez de partida en muchos sitios? ¿Por qué no se puede hacer la jornada con horario flexible en muchos de los trabajos? Con estos ejemplos, que ya se utilizan en algunas empresas, desgraciadamente muy pocas, se reducirían enormemente los desplazamientos y por consiguiente se reducirán también los accidentes. Porque estamos hablando ni más ni menos que de vidas humanas, de nuestras vidas. H

*Secretario Territorial Intercomarcal de UGT