En un reciente informe elaborado por UGT para analizar el impacto de la reforma laboral que el PP impuso nada más llegar al gobierno se constata que la misma ha tenido un impacto devastador sobre el mercado de trabajo y las condiciones laborales de nuestro país. En este estudio que analiza los 4 años de vigencia de la reforma se concluye que esta no sirvió para frenar el incremento del desempleo, sino que aceleró la destrucción de puestos de trabajo, que han empeorado las condiciones laborales, tanto de los que mantuvieron su empleo como de los que ahora se están incorporando al mercado de trabajo, que ha provocado una devaluación salarial que ha supuesto una perdida significativa de ingresos, y que en definitiva, no solo no ha servido para resolver los problemas estructurales del mercado de trabajo, sino que los ha agravado.

Uno de los datos que mejor refleja el brutal impacto que la crisis económica ha tenido en la vida de miles de nuestros conciudadanos es el que indica que el 29,2% de la población de nuestro país se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que representa casi 5 puntos por encima del 2009 (24,7% de la población) que supone la escalofriante cifra de 13.657.232 de personas y nos sitúa a la cabeza de los países de la UE, pero lo que resulta más preocupante es que está cifra está tomando una senda de continuo crecimiento.

Hasta no hace mucho la pobreza se relacionaba en gran medida con la falta de empleo, sin embargo ahora contar con uno o varios empleos ya no es sinónimo de tener un medio de vida. Que lejos parecen quedar aquellos tiempos en los que ser mileurista suponía encontrarse en el peldaño más bajo de la escala salarial y el objetivo de cualquier trabajador era alcanzar los salarios que se disfrutaban en la construcción o en los otros sectores que crecieron al calor de la burbuja inmobiliaria. Hoy muchos de aquellos jóvenes se han hecho mayores y una parte de ellos sigue sin empleo y la otra se ha convertido en seiscientoseuristas mientras viven con amargura el hecho de que ni siquiera simultaneando varios empleos son capaces de alcanzar un salario digno que les permita llegar a final de mes.

Según el mismo informe de UGT, en nuestro país un 35% de los asalariados y asalariadas cobran menos del SMI, casi 5,9 millones de personas que trabajan por menos de 655,20 euros al mes y para los que alcanzar un salario de mil euros se ha convertido poco menos que en un sueño inalcanzable. Así pues al drama de los miles de ciudadanos y ciudadanas que siguen sin poder acceder a un empleo se suma el de aquellos que lo tienen en condiciones de miseria, lo que trunca cualquier proyecto de vida y convierte en inalcanzable algo tan elemental como emanciparse y convertirse en adultos responsables.

La reforma laboral del 2012 generó las condiciones perfectas para alimentar la precariedad en el empleo de todas las formas posibles, con una decidida apuesta por un modelo de relaciones laborales basado en la temporalidad, el tiempo parcial involuntario, la hiperflexibilidad, la rotación y los bajos salarios. Cuatro años después el balance resulta demoledor para las condiciones laborales, salariales y de vida de cientos de miles de asalariados y asalariadas y condena a una gran parte de la población a un futuro de incertidumbre, pobreza y exclusión. Sería bueno que en estos momentos en los que se están planteando negociaciones para conformar un nuevo ejecutivo, se alcanzase un acuerdo para derogar la reforma laboral del PP y abrir la vía del diálogo social, a fin de abordar la construcción de un nuevo modelo de relaciones laborales que permita sentar las bases de una recuperación económica más justa y equitativa, y que de nuevo convierta el empleo en un mecanismo de redistribución de la riqueza y de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras.

Por último, no me gustaría acabar sin mostrar mi apoyo y solidaridad con los 8 sindicalistas y trabajadores de Airbus que desde la semana pasada están siendo juzgados por ejercer el derecho de huelga y a los que la fiscalía les pide 66 años de cárcel por participar en la convocatoria de huelga general del 29 de septiembre del 2010 en defensa de sus derechos y los de sus compañeros. H

*Secretario general de UGT-CS