Desde el año 2011 la Universitat Jaume I (UJI) y la Universidad de Antioquia (UdeA) en Colombia, ambas universidades públicas, vienen tejiendo redes de colaboración técnica conjunta que han permitido la atención psicosocial a un sin número de población afectada por la violencia en este país latinoamericano. A través de proyectos de cooperación internacional financiados y apoyados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Generalitat valenciana y ambas universidades, la UJI y la UdeA entre las dos instituciones, se han desarrollado diversas intervenciones con mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas víctimas del desplazamiento forzado en zonas rurales y urbanas del departamento de Antioquia en Colombia.

Este proceso de cooperación técnica entre estas dos universidades, se enmarca en el principio de fortalecimiento del sistema educativo así como en el contexto del compromiso social con la sociedad actual. Como bien lo indicó Héctor Abad Gómez, fundador de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia: “La educación puede ser la gran fecundadora o la gran esterilizante de los hombres, y los hombres pueden ser los grandes transformadores de los pueblos o los más formidables obstáculos para su progreso”. Por esta razón, hay un interés común de generar procesos de fortalecimiento de las instituciones públicas de educación en Colombia.

Este camino de acción colectiva en pro de las comunidades más golpeadas por la violencia en Colombia, es uno de los referentes de la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad del Vicerrectorado de Internacionalización, Cooperación y Multilingüismo de la Universitat Jaume I. Estas vías de colaboración institucional, se han enmarcado en dos acciones concretas: la financiación y asistencia técnica de procesos de intervención psicosocial con comunidades afectadas por la violencia y una asesoramiento personalizado y directo ofrecido por los dos observatorios, el Observatorio Psicosocial de Recursos en Situaciones de Desastre (Opside) y del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI-UJI), que se integran como áreas de trabajo de la OCDS.

Sin la constitución de esta red de cooperación institucional no hubiera sido posible el impulso de estos proyectos ni tampoco será posible sus sostenibilidad en el futuro dado que en la situación financiera actual, regido por los tópicos de “no hay dinero”, “la cosa va muy mal”, entre otras expresiones de desesperanza frente a la búsqueda de financiación de proyectos de esta índole, el trabajo en red entre las universidades mencionadas (UJI y UdeA), así como las redes ya constituidas y sostenibles con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-León de Nicaragua y la realidad del interés que presentan otras universidades como la Universidad Playa Ancha de Chile, ofrece posibilidades de esperanza y permite desplazar el indiscutiblemente necesario factor económico a un segundo plano, ofreciendo primacía a la relevancia del trabajo de campo.

Los procesos que se han desarrollado en el Departamento de Antioquia con población víctima de la violencia, de la mano del asesoramiento técnico de la UJI y, en particular, de los observatorios, permitieron transformar la vida de 22 niños y niñas víctimas del desplazamiento forzado -que es un acontecimiento traumático que pone a prueba la estabilidad personal, familiar y social de las comunidades afectadas- en una escuela rural de la localidad de Santo Domingo Antioquia. La escuela fue remodelada en su totalidad desde el punto de vista de las necesidades de los niños y niñas, quienes participaron de todo el proceso, generando así un entorno protector donde se sienten felices y amados. Cuando iniciamos el proceso, preguntamos a los niños y niñas qué querían ser cuando fueran grandes, el 54% respondió: “Quiero ser soldado o policía”, al indagar el por qué de esta opción, las respuestas fueron muy dolorosas, “Quiero ser policía para vengar la muerte de mi padre”, y otras respuestas similares.

Estos niños y niñas habían sido obligados a vivir sin figuras familiares porque la violencia se los arrebató. En el proceso psicosocial, se logró comprobar que varios de ellos, fueron testigos directos de masacres cometidas por grupos armados. Después del desarrollo del proceso, en el cual se implementaron una serie de talleres psicosociales para promover la resiliencia, los niños que participaron del proceso, ampliaron sus cogniciones respecto a su futuro profesional y desean en la actualidad ser profesores, ciclistas, ingenieros, ganaderos, etc. Al mismo tiempo, algunos de ellos que deseaban ser policías siguen con este deseo pero no para vengarse sino para proteger a las personas.

Con este proceso, se confirma que los niños colombianos no son violentos por naturaleza como algunos autores lo quieren hacer ver, sino que a pesar de sus dolores y tragedias pueden forjase un futuro diferente y pueden romper con su cadena de tragedias y salir fortalecidos de sus adversidades.

La aportación de la Universitat Jaume I, ha sido el asesoramiento técnico requerido para este tipo de procesos. Este ha sido el punto de partida para la concesión del proyecto “Fortalecimiento de un sistema integral de promoción de la resiliencia en el postconflicto colombiano en la Universidad de Antioquia por parte de la AECID y de que la Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación de la Generalitat valenciana esté valorando positivamente el trabajo en cooperación al desarrollo y procesos de resiliencia.

Desde el recién creado OPSIDE de la Universidad de Antioquia, precisamos del apoyo y asesoramiento técnico de las áreas de trabajo de la OCDS para crecer de forma sostenible en este ilusionante y necesario proyecto en la situación de posconflicto en Colombia, que nos consta que Colombia es uno de los países de colaboración preferente de la Universitat Jaume I. H

*Docentes Facultad Nacional de Salud Pública. Universidad de Antioquia. Colombia. Alvarán es Técnica del Observatorio Psicosocial de Recursos en Situaciones de Desastres - UdeA