Según las revistas de ciencia y biología, el monzón es un viento agresivo que en verano produce un 80% de tormentas. El regreso del monzón tiene un ritmo desigual ya que, de un año para otro, las lluvias tienen una duración y una intensidad diferentes. El monzón es beneficioso, ya que riega la tierra, y a la vez perjudicial, cuando inunda las aldeas. Es irregular e impredecible. El eterno retorno de los monzones es una sorpresa.

En la Comunitat tenemos nuestro propio monzón: el conseller de Educación Marzà y la consellera de Sanidad Montón, ambos son impredecibles, lo único seguro es que cada ocurrencia suya va a tener efectos devastadores para Castellón. Marzà con su cruzada contra la libertad de los padres de elegir la educación de sus hijos, contra los estudiantes que van a la universidad privada, muchas veces por necesidad, contra los colegios concertados, su cruzada para potenciar el pensamiento único. Montón cerrando el almacén de sangre, el CICU, servicios sanitarios, recortes en el personal sanitario, colocaciones de emisarios políticos. De hecho, el último recorte ha obligado a que el Centro de intervención de Baja Exigencia que atiende a personas con adicciones esté en peligro.

Los que iban a rescatar a las personas se han encargado de acentuar las diferencias entre la gente, a limitar la igualdad de oportunidades, a poner en peligro nuestra salud, nuestra autonomía, nuestra identidad. Este monzón brutal e impredecible es mucho más salvaje contra Castellón, intentan que seamos una provincia de segunda, pero no consentiremos que arrasen todo lo que somos. H

*Diputada provincial del PP