Virtudes

En mi anterior artículo de opinión, titulado Herreros, indicaba que si no éramos capaces de forjar un nuevo marco político sería porque habrían fallado los herreros.

El actual escenario de enroque personal y político es el peor enemigo para el diálogo y el consenso, y para combatirlo se requieren virtudes.

Las cuatro virtudes cardinales son la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia, equivalentes a moderación, respeto y firmeza pero con capacidad de sacrificio y equidad.

En los actuales “herreros”, aquellos que intentan forjar un acuerdo de gobierno nacional, entiendo pesa demasiado el aún antagonismo del pasado. Parecen no haberse dado cuenta de que, tras las pasadas elecciones generales, ha sido decidido un nuevo marco político, donde el tradicional bipartidismo debe ceder en pro de los puntos de encuentro político, y donde existen nuevos adversarios electorales.

Sin moderación, sin respeto, sin los sacrificios que se requieren, y sin sentido de la equidad, y sobre todo, sin humildad, difícil será forjar el nuevo marco político que les ha sido encomendado en las urnas.

Entiendo que hay que olvidar las viejas y obsoletas políticas de confrontación, que ya no dan resultado electoral, y ponerse a trabajar en lo mucho que nos une, y que de seguro es más que lo que nos separa. Unos y otros pueden, y tienen, la obligación y responsabilidad de hacerlo posible.

La corrupción no puede ser la única excusa esgrimida para evitar el diálogo, pues nadie está libre de dicho pecado actual, ni lo ha estado en el pasado reciente, ni posiblemente, lo estará en el futuro. H

*Portavoz del PP Ayuntamiento de Benicarló