Bajo el título “vivir de rentas” dedicaba esta misma columna de opinión, en el pasado noviembre, a aquellos anteriores opositores que ahora gobiernan, y que continúan los actos o eventos instaurados por sus antecesores, o que acuden a visitas o inauguraciones.

En recientes fechas se ha realizado la visita final de obra y puesta en servicio del Paseo Marítimo en la fachada del Parador de Benicarló. Al acto, que constituyó de hecho la inauguración de dicha obra, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana invitó formalmente a nuestra alcaldesa, quien a su vez tuvo a bien invitar al resto de la corporación municipal.

Me planteé entonces si en su situación, y ante una obra cuya decisión y gestión hubiera sido iniciada por el anterior equipo de gobierno de distinto color político, hubiera invitado a mi antecesor.

Reafirmándome en aquel artículo, entiendo que la crítica pasada no debe olvidar la elegancia de comportamiento.

Si bien es cierto que no existe protocolo al respecto, opinaba que se debía reconocer la labor llevada a cabo por quienes habían iniciado dicha gestión. Pienso que ésta hubiera podido ser una buena ocasión, pues son las personas, y no las siglas, las que, con mayor o menor acierto pero con dedicación, esfuerzo y trabajo, están detrás de los logros.

Planteada pues la cuestión, yo sí hubiera invitado a mi antecesor, por duras que hubieran sido las discrepancias pasadas, pues considero de justicia reconocer cuando algo nos ha sido dado por otros que ya no están.

Habrá nuevas ocasiones para comprobar el nuevo estilo de gobernar. H

*Portavoz del PP Benicarló