Convencido de que su aportación como portavoz del grupo popular en la Comisión de Fomento del Congreso ayuda a Castellón, el nuevo presidente del PPCS, Miguel Barrachina, ha hecho un receso esta semana en el contexto de las fiestas de su pueblo, Segorbe, para definir los retos con los que afronta el nuevo curso político, tanto en clave orgánica, como en el trabajo institucional.

<b>--Se abre el curso político. El primero para usted como presidente del PPCS. ¿Qué retos tiene?</b>

--Internamente, continuar con el proceso de renovación que está siendo ejemplo de participación y unidad, como se ha demostrado este verano tanto en el congreso provincial, como en los locales, incluido el de nuestra capital con, Begoña Carrasco como nueva presidenta. La unidad es requisito previo para el buen gobierno. Y, externamente, nuestros 532 concejales y alcaldes seguirán aportando su granito de arena, reduciendo impuestos y eliminando trabas, para que la cifra de 28.000 castellonenses que han logrado un nuevo empleo en los últimos cuatro años se quede pequeña, y así demos por superada la aciaga etapa en la que los socialistas enviaron a 54.000 castellonenses al paro.

--Desde su cargo, que ocupa desde hace escasos meses, ¿va a ser reivindicativo? ¿Qué le pide al Gobierno central?

--Claro, lo hemos dicho, frente al lío que el nacionalismo en Valencia quiere montar contra Madrid, nosotros nos quedamos con Castellón. Hoy la diferencia entre uno y otro, es que el Gobierno de España crea empleo y hace obras en Castellón, y desde la Generalitat solo llegan recortes sanitarios y desprecio a la provincia. En el ADN de todo el que se apellida País Valencià, entre ellos Compromís y PSPV, está la eliminación de las provincias, y eso daña a los vecinos de Castellón. Al Gobierno de Mariano Rajoy le pido que acelere las obras en marcha y las reformas económicas que nos han llevado a liderar la creación de empleo en Europa. Y en estos meses, la reforme fiscal, que eximirá los primeros 14.000 euros de pagar renta, o la nueva ley de autónomos, que, entre otras cosas, permitirá compatibilizar el trabajo con el cobro del 100% de la pensión si el autónomo tiene un trabajador o más.

--¿Y al Consell?

--Al Consell le reclamo que deje de lamentarse y trabaje. Su obsesión por controlar aulas y medios de comunicación, como hace el independentismo catalán, les ha llevado a abandonar el día a día, la sanidad empeora y la educación se politiza. Este es el primer gobierno valenciano al que los tribunales le suspenden una norma por discriminar a la mitad de niños valencianos.

--Usted es, además, portavoz del grupo popular en la Comisión de Fomento del Congreso. ¿Le da eso una mayor opción para lograr más obras para la provincia?

--La semana pasadam el ministro Íñigo de la Serna dijo que «Miguel Barrachina es una persona indispensable para el Ministerio de Fomento», obviamente es exagerado, pero tengo la suerte de poder manifestar cada necesidad provincial directamente al Gobierno nacional y, además, ser escuchado. Con ellos no es necesario usar pancartas, pero sí un intenso trabajo. Todas las obras importantes en Castellón llevan el sello popular; las autovía de la Plana y la Mudéjar, la UJI, el aeropuerto, el AVE ya en pruebas o la N-232, al igual que todas las obras inservibles lucen el puño y la rosa: el almacén Castor o las desaladoras. Y, curiosamente, el coste de unas y otras es similar.

--¿Qué proyectos definen sus objetivos prioritarios?

--Los principales objetivos en infraestructuras nacionales son lograr respaldo parlamentario para que los próximos presupuestos contemplen que el AVE de Castellón, cuya primera vía está terminada, tenga continuidad hasta alcanzar los 2.000 millones de inversión anunciados por el Estado. Que dos actuaciones ya en obras, como la vía férrea Sagunto-Segorbe-Teruel, y la N-232 Vinaròs-Vitoria en Morella, no se frenen y que el desdoblamiento de la CV-10 en la A-7 en el norte de la provincia agilice su tramitación. Es también necesario, en el llamado Cercanías de Vinaròs, mejorar frecuencias y horarios. Ya el gobierno popular elevó de tres a cuatro los trenes, y en la actual revisión confío en que el Consell colabore, como hacen los gobiernos de Aragón, Extremadura o Cataluña, en el esfuerzo por cubrir el déficit que se genera. Faltan tres años para que acabe la legislatura y, cuando acabe, el ministerio de Fomento será el que más ha hecho por Castellón en la historia. Obras y números serán una evidencia.

--Pasado el verano, ¿ratifica su decisión de continuar con su trabajo en Madrid y no optar a presi<b>dir la Diputación de Castellón?</b>

--Hace tres meses no imaginaba que sería presidente provincial del PPCS y pontificar ahora a dos años sería temerario, pero pienso igual, creo que mi papel hoy en el Congreso de los Diputados ayuda a Castellón, y que en la Diputación hay un espléndido equipo que brillantemente lidera Javier Moliner.

--Faltan menos de dos años para las próximas elecciones municipales y autonómicas. ¿Qué metas tiene fijadas para su partido?

--Que Isabel Bonig sea presidenta es muy importante para todos. Lo del Consell es extraordinario, salvo el control de las aulas- -los padres ya no elegimos-- y de los medios de comunicación --110 millones anuales para una tele nacionalista--, no se conoce otro proyecto que no sea reducir los servicios públicos, en especial los sanitarios. Quien supuestamente debería dedicarse a educar a nuestros hijos afirma que sense valencià no hi ha independència y su objetivo, ahora más disimulado, es hacer de nuestra Comunitat parte de sus Països, el cambio autonómico es indispensable.

--En los anteriores comicios, el PP perdió sus mayorías absolutas en buena parte de las principales poblaciones castellonenses. ¿Cuáles cree que podrán recuperar? ¿Cuál es su estrategia para lograrlo?

--Hoy el PP gobierna en 69 de los 135 municipios pero en las últimas elecciones generales vencimos en 110 ayuntamientos. Convertir los deseos de los vecinos en alcaldías es nuestra obligación. Renovación y entrega y proximidad están dando sus frutos.

--Esta semana un juez ha rechazado la petición de Francisco Camps de archivar la causa de la Fórmula 1. ¿Pasan aún factura al PP los casos de corrupción?

--Este año ha habido cinco políticos condenados por prevaricación en la provincia, los cinco del PSPV, y sé que la mayoría de los socialistas son honrados. Sucede igual con el PP. Javier Moliner practicó una política de tolerancia cero, que yo, como su secretario, secundé, y hoy tenemos 532 concejales y alcaldes honrados y esforzados.

--Educación y financiación autonómica son dos cuestiones eje sobre las que pivotará en parte el debate político en los próximos meses ¿cuál es su posición?

--Están obsesionados por transformar las aulas en una fábrica de niños nacionalistas, han tenido que ser los tribunales quienes dijeran al Consell que no todo vale, que negar la titulación de inglés a los que elijan castellano es discriminatorio, una sanción indirecta, ilegal y contraria a la Constitución, así se ha manifestado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat. Eso en otra autonomía hubiese conllevado ceses y destituciones. Pero la hoja de ruta, aquí, hoy, como hace 30 años en Cataluña o País Vasco, está marcada: aulas y medios de comunicación. Con el control de ambos y el simple paso del tiempo logran la ingeniería social que pretenden. En ese proyecto nacionalista el Madrid o España nos roba es indispensable. Por eso están en contra de la financiación autonómica que ellos aprobaron. Yo era diputado y voté en contra en el 2010 porque era discriminatorio con nuestra Comunitat, y PSOE y el nacionalismo ahora dicen que es apropiación indebida, es decir, la autoconfesión de un delito. Si Ximo Puig quiere denunciar a alguien por la financiación solo tiene que entregarse en el cuartel de Morella en calidad de autor. Ahora que España crece, y que el agujero fiscal del PSOE se ha reducido de 100.000 millones a 30.000, ya podemos todos juntos plantearnos un nuevo sistema que compense a la Comunitat Valenciana de sistema socialista.