Dragos Viorel Tigâu (Ploiesti, Rumanía, 1967) cumple tres años en el cargo de cónsul rumano en Castellón. Matemático de formación, este diplomático hace balance de su labor en la provincia, donde residen casi 52.000 rumanos, y reivindica mejoras en la sede del consulado para garantizar la seguridad vial de los usuarios, así como la construcción de un párking cercano, que incluya plazas específicas para discapacitados. Confía, además, en poder firmar en breve con la Conselleria de Educación el proyecto de cursos de Lengua, Cultura y Civilización Rumana (LCCR), ideado para preservar la identidad cultural y lingüística de los rumanos residentes en el extranjero. Y es que la Comunitat Valenciana es la única con la que no existe todavía un convenio que lleva diez años vigente en España.

--La pequeña Rumanía, así es como el colectivo rumano llama cariñosamente a Castellón. ¿Qué atractivos tiene la provincia para sus compatriotas?

--Para ser sincero, antes de mi nombramiento no conocía mucho Castellón. Solo sabía que estaba entre València y Barcelona, que Peñíscola fue residencia papal y que había muchos inmigrantes rumanos. La provincia no se conoce mucho fuera de España y creo que deberían promocionarla más, ya que tiene lugares maravillosos. La gente es muy abierta y muy similar a los rumanos en muchos aspectos. El clima es fantástico y la gastronomía y la cultura también. Sin duda, en Castellón se vive muy bien.

--¿Cuántos rumanos viven actualmente en la provincia?

--Antes de la crisis económica había cerca de 40.000 solo en la capital de la Plana. Actualmente, en la provincia figuran 51.905 residentes rumanos. Sin embargo, esa cifra es relativa, ya que no todas las personas están registradas. Los trabajos de temporada, como por ejemplo en los sectores agrícola y turístico, hacen que haya mucha movilidad y que los rumanos pasen periodos de tiempo aquí y en otras ciudades. En la Comunitat Valenciana el número de rumanos residentes asciende a un total de 148.739, siendo los inmigrantes mayoritarios.

--La crisis económica ha motivado que muchos de sus compatriotas abandonen la provincia. Sin embargo, otros se han establecido, han tenido hijos, nietos y planean quedarse para siempre. ¿Cómo lo valora usted?

--Los rumanos se han visto muy afectados por la crisis económica, incluso, en mayor medida que los españoles. Un gran número de hombres se ha marchado a otros países europeos en busca de empleo, pero siempre de forma temporal. Hago esta puntualización porque hay que tener en cuenta que sus familias se quedan en Castellón. Sus hijos van al colegio aquí, sus mujeres trabajan como empleadas del hogar o en hostelería y los hombres se van a trabajar, pero con planes de volver.

--Años atrás los rumanos trabajaban en la construcción, la hostelería y, en el caso de las mujeres, como empleadas del hogar. De un tiempo a esta parte, sin embargo, hemos asistido a la creación de un buen número de negocios regentados por rumanos. ¿Qué sectores empresariales ocupan en la actualidad?

--Así es. Esos fueron los empleos que tuvieron, en primera instancia, una fuerte presencia de rumanos. El espíritu empresarial de nuestros compatriotas ha crecido de forma notoria desde entonces. Ya tenemos empresarios rumanos que emplean a españoles, como es el caso de compañías de transporte o de energía solar. Y en el futuro esto se acrecentará todavía más, con la salida al mercado laboral de los niños que se han criado aquí y se han graduado en los institutos de Castellón, así como también en la UJI.

--El idioma, como valor cultural propio, es muy importante. Su colectivo habla rumano, español, domina el inglés y, cada vez más, sus jóvenes aprenden también valenciano. ¿Se está fomentando desde el consulado el rumano para que las generaciones nacidas o criadas en Castellón mantengan su lengua materna?

--Preservar la identidad cultural y lingüística de los rumanos residentes en el exterior es una preocupación constante para las autoridades de Bucarest. Este año celebramos, además, el décimo aniversario del proyecto de cursos de Lengua, Cultura y Civilizaciones Rumanas (LCCR) en España. Se trata de una iniciativa que lleva a cabo el Instituto de Lengua Rumana en Bucarest, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores de nuestro país, a través de las misiones diplomáticas y consulares en el extranjero. El LCCR es el vector más exitoso que ofrece Rumanía a sus ciudadanos en el exterior y se ha aplicado en casi todas las comunidades autónomas, por medio de acuerdos de colaboración con sus autoridades. Por desgracia, la única con la que no existe convenio es con la Comunitat Valenciana. Esperamos que este documento se firme en el menor tiempo posible, logrando, así, superar las dificultades burocráticas.

--En Castellón, sin embargo, ese programa sí se ha implantado.

--Sí. El LCCR se ha desarrollado desde el 2008 de forma aislada en algunos municipios. Ese es el caso de Castellón, que ha tenido un papel principal y ha servido como modelo para otras localidades. Aquí, los cursos se han llevado a cabo gracias a un acuerdo entre el consulado rumano y el Ayuntamiento de Castellón. Por ello, quiero agradecer la colaboración de todos los alcaldes, actuales y pasados, que han apoyado esta iniciativa. El Estado rumano proporciona a los profesores, así como diverso material. Por su parte, las autoridades de los países anfitriones ofrecen la sede, que suele ser una institución educativa pública, para acoger las clases en horario extraescolar. Los cursos no solo están abiertos a niños rumanos y sus familias, sino también a todos los menores, independientemente de su origen, que estén interesados en Rumanía.

--Muchos rumanos viajan durante el verano a su país natal para visitar a la familia. Algunos lo hacen en coche, otros en autobús y ahora cuentan también con la opción de volar desde el aeropuerto de Castellón. ¿Ha facilitado esta infraestructura los desplazamientos?

--Cada vez más, los rumanos prefieren volar al país de origen por una cuestión de comodidad. Eso no quiere decir que los autobuses que hacen rutas entre España y Rumanía no vayan llenos, pero la puesta en marcha del aeropuerto de Castellón ha facilitado el desplazamiento. Una compañía rumana fue la segunda en abrir vuelos regulares entre Bucarest y Castellón y me consta que otra aerolínea tiene interés en operar con la provincia desde otras ciudades rumanas importantes.

--Los accesos a la sede del consulado rumano, en el número 144 de la avenida Valencia, presentan algunos problemas que ustedes han puesto de relieve en el pasado. Se trata de una zona con mucho tráfico y con una gran afluencia de usuarios, que hacen cola en la puerta. ¿Han solicitado algún tipo de mejoras?

--La sede actual del consulado, a la que nos mudamos en el 2011, tiene mucho espacio y está ubicada en un lugar accesible para aquellos rumanos que no viven en Castellón y que vienen de otros municipios. Aun así, en nuestras conversaciones con el Ayuntamiento de Castellón, hemos puesto de relieve algunas cuestiones importantes y que cabría mejorar. En primer lugar, la seguridad vial de los usuarios. También pedimos la creación de un párking y plazas de aparcamientos próximas al edificio para la gente con problemas de movilidad reducida. Por lo que respecta al problema del tráfico, pedimos una valla metálica para limitar la acera a lo largo de la fachada, así como la creación de un carril peatonal de acceso desde la rotonda más cercana.

--Recientemente se colocó parte de esa valla en la zona, ¿no?

--Hasta el momento, solo se ha hecho efectiva la instalación de un segmento de la valla, pero no se ha cubierto todo el perímetro. Las autoridades municipales nos han trasladado que hay ciertos problemas por la titularidad de los terrenos de la zona, pero somos optimistas y confiamos en lograr nuestras demandas. Creemos en el derecho de contar con estas mejoras, teniendo en cuenta la gran afluencia diaria de nuestro consulado y la relevancia de la sociedad rumana en la vida diaria de Castellón.

--Manuel Paduraru es concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Casetellón y el primer edil de origen rumano del consistorio. ¿Favorece este hecho a que los rumanos estén también representados en política?

--En este momento en España tenemos dos concejales, elegidos en listas de partidos españoles. Uno está en Castellón y otro en Calatayud. Tenemos también a un alcalde en un pueblo de Palencia, Páramo de Boedo. Ello nos enseña que ya están todos los pasos dados en este sentido. No soy la persona adecuada para hablar de los efectos políticos, pero está claro que es beneficioso para los rumanos tener una mejor representación a nivel local.

--¿Qué balance hace de la integración de la sociedad rumana en la provincia?

--Creo que los rumanos que viven en España son la comunidad de inmigrantes mejor integrada en la sociedad española. A ello ha contribuido, sin duda, que tenemos una herencia latina común, por eso resulta fácil para los rumanos aprender castellano y también valenciano. Además, somos personas trabajadoras. Siempre hay excepciones, pero estas no representan a la mayoría. No hay que ignorar, además, la actitud abierta y tolerante de los castellonenses, que nos han acogido muy bien, recordando su faceta como emigrantes en el pasado.

--¿Cómo valora usted la actual situación económica de Rumanía?

--Podemos decir que está en el buen camino. Rumanía marcó en el primer trimestre del año el mayor crecimiento económico de la UE, mejorando un 1,7% respecto al último trimestre del 2016. En términos anuales, el Producto Interior Bruto aumentó un 5,6% y, durante este 2017, hay muchas posibilidades de que el PIB rumano supere al de Grecia, convirtiéndose en la economía más fuerte de los Balcanes, sin contar a Turquía, después de cuatro décadas de supremacía griega.

--Castellón tiene previsto hermanarse con la ciudad de Targoviste próximamente. ¿Qué le parece?

--Gran parte de los rumanos residentes en Castellón son de Targoviste o de la provincia de Dambovita. Queremos que este hermanamiento no sea solo un título sin contenido, sino que ofrezca la posibilidad de implementar programas de cooperación en beneficio mutuo. Sería interesante crear un programa de intercambio para alumnos y profesores.