“Al igual que el resto de la ciudadanía, tanto mi relación social como profesional, es y será totalmente diferente a la que estábamos acostumbrados a vivir. Pues, desde el día 14 de marzo cuando se decretó el estado de alarma, todo cambió por completo. Las medidas de protección que a nivel social debemos tomar tardarán mucho tiempo en desaparecer y muchas de ellas han venido para quedarse”, declara la nulense Silvia Vilar, enfermera que actúa en zona habilitada para pacientes covid-19 de UCI, del Hospital General de Castelló. “Todos los días cuando voy a trabajar se dónde voy, a lo que voy y a lo que me enfrento. Tomo las medidas adecuadas que debo seguir, aunque sé el riesgo que esto conlleva. Es mi trabajo, es el que elegí y debo hacer lo que esté en mi mano para cuidar y ayudar a los enfermos”, destaca Vilar, quien añade que “realmente no tengo miedo a contraer la enfermedad pero sí respeto. Mi principal preocupación es que mis familiares contraigan la enfermedad. Nos hemos tenido que ir adaptando a los cambios asistenciales en el trabajo, pero siempre hemos tenido los equipos oportunos para desarrollar nuestro trabajo. Eso sí, las jornadas son tan intensas que conllevan mucho estrés”, dice. “A partir de ahora valoraremos las cosas insignificantes que antes pasaban desapercibidas”, finaliza.