Dos años han pasado de la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno, tras la moción de censura que sacó de la Moncloa a Mariano Rajoy. Dos años que han dibujado, en tan poco tiempo, una España muy distinta. Un país que se rige aún por los mismos presupuestos de entonces pero que ha vivido dos elecciones generales y tiene el primer Gobierno de coalición de la democracia y el Parlamento más fragmentado y polarizado que se recuerda.

Y un país que afronta en este momento algo inimaginable dos años antes, la grave crisis provocada por la pandemia del coronavirus, que lo ha trastocado todo y ha acentuado aún más la distancia entre derecha e izquierda. La derecha ha cambiado mucho en estos dos años. Porque tras la marcha de Mariano Rajoy, Pablo Casado era elegido presidente en primarias y traía consigo un nuevo PP que se ha tornado más a la derecha.

Y porque más a la derecha está Vox, que irrumpió con fuerza primero en las elecciones andaluzas y después en las dos generales, hasta colocarse como tercera fuerza política que sigue aspirando al sorpasso de los populares.

Por el camino, mientras, se ha quedado Albert Rivera, que tuvo que dejar el liderazgo de Ciudadanos tras fallar su estrategia de escorarse a la derecha. Su sucesora, Inés Arrimadas, está defendiendo un proyecto más centrista.

Las elecciones de abril del 2019 dieron la victoria a los socialistas pero Sánchez, que quería seguir gobernando en solitario, no logró la investidura por la falta de acuerdo con Podemos, que reclamaba un Gobierno de coalición con presencia de peso de la formación morada. Siete meses después los españoles volvían a las urnas y tras un resultado igualmente complicado de gestionar Sánchez llegaba en dos días a un pacto con Pablo Iglesias para el primer gobierno de coalición de la democracia, que se conformó hace tan solo cinco meses.

La coalición prometía estabilidad y un programa claro para los próximos cuatro años, pero a los dos meses de instalarse se topó con el coronavirus.