Un grupo de 41 de los 348 senadores franceses de partidos de izquierdas y de derechas -ninguno de la formación ultra de Marine Le Pen- suscribieron ayer un texto que denuncia «la represión» contra los líderes del procés que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo y piden que Francia y la UE medien para «restablecer las condiciones del diálogo». El escrito fue censurado por la Moncloa y rechazado también por el Gobierno de Emmanuel Macron, que reafirmó su respeto por la Constitución española. El embajador español en Francia, Fernando Carderera, respondió que «lamenta y rechaza» el manifiesto de los senadores, «que demuestra un desconocimiento absoluto de la situación en España». Dentro de esta campaña de internacionalización de la crisis catalana, Carles Puigdemont regresó ayer a Neumünster, un año después de que fuese detenido y trasladado a esta prisión alemana. El expresidente donó a la biblioteca de la prisión un centenar de libros de autores catalanes traducidos al alemán.