Banderas españolas, señeras y enseñas con forma de corazón, en las que añaden la insignia europea, llenaron ayer el centro de Barcelona con motivo del Día de la Hispanidad. Miles de personas, 65.000 según la Guardia Urbana, desfilaron por el paseo de Gràcia hasta la plaza de Catalunya para clamar a favor de la unidad de España y exigir contundentes penas de prisión para los líderes del procés.

Convocados por el movimiento España i Catalans, y un centenar de organizaciones más como Sociedad Civil Catalana (SCC), Empresarios de Cataluña, Plataforma por Tabarnia, Somatemps y Plataforma por Cataluña (PxC), corearon cánticos exigiendo mano dura contra el independentismo y reclamando el encarcelamiento del president Torra.

Bajo el lema Barcelona, garante de la Hispanidad, se conjuraron miembros de Ciutadans, del PP y de Vox. La plana mayor de los naranjas, liderada por Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, se situó junto a Xavier García Albiol y Dolors Montserrat, en una cabecera que también protagonizó el secretario general de la formación ultra, Javier Ortega.

Los manifestantes lucieron carteles con lemas como El sueño más reaccionario, repetir un falso pasado, Solo los fascistas apoyan a los golpistas o Torra y Puigdemont, racistas y golpistas son y profirieron cánticos como España unida jamás será vencida o No nos engañan, Cataluña es España. Asimismo, cargaron contra TV-3 e incluso echaron a gritos a un equipo de la cadena pública de televisión.

La reprobación del rey Felipe VI en el Parlament acaparó la cita y los representantes políticos no dudaron en cargar contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, aunque este haya anunciado ya que recurrirá al Tribunal Constitucional la propuesta de resolución aprobada.

Arrimadas tachó de «indecente» que pacte con «populistas y separatistas» que «insultan y humillan al Rey» y le emplazó a convocar elecciones. El líder del PPC acusó a Sánchez de «dar oxígeno» a los que «se dedican a intentar destruir y separar Cataluña», y Montserrat apostilló que había «abandonado» a los españoles que se sienten catalanes y que había «cedido» ante el secesionismo. Por su parte, el presidente de SCC, José Rosiñol, aseguró que sentía «absoluta vergüenza» por la reprobación y censuró que Torra «no puede seguir» al frente del Ejecutivo.

Entre gritos de «Pedro Sánchez dimisión», el vicepresidente de España i Catalans, Javier Megino, entonó «Ni olvido ni perdón, largos años de prisión», refiriéndose a los líderes independentistas procesados por el 1-O, y pidió entonces a los jueces que llevan el caso que «no se achanten».

En la misma dirección, el abogado de Vox en la causa contra el procés confió en que el próximo 12 de octubre «todos los golpistas estén ya cumpliendo sentencia de prisión durante muchos años». El representante de Somatemps, Josep Alsina, agradeció a quienes han «limpiado Cataluña de la porquería amarilla que la ensuciaba», en referencia a la retirada de lazos amarillos, y afirmó que los españoles en América no cometieron genocidio.

TABARNIA / A través de un vídeo, el dramaturgo Albert Boadella simuló una proclamación de independencia de autonomía de Tabarnia tras la celebración de un hipotético referéndum unilateral en que «cada persona puede votar 155 veces». Utilizó como urnas unas papeleras de reciclaje amarillas y proclamó una emancipación que dejó segundos después en suspense, emulando al expresident Puigdemont el 10 de octubre del 2017.

En paralelo, bajo el lema «El antifascismo es cosa de todas», la Plataforma Antifascista convocó una marcha que congregó a 2.000 personas, según la Guardia Urbana, y que transcurrió con un fuerte cordón policial de los Mossos. Mientras tanto, en Montjuïc, diversas organizaciones de extrema derecha organizaron su habitual acto político, en el que quemaron varias esteladas.