Cambio repentino en el discurso del dirigente de Vox, Santiago Abascal. En apenas 24 horas, en la formación ultra han pasado de exigir al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que acabe con el cordón sanitario que impuso al partido de extrema derecha y les tenga en cuenta en las rondas de contactos a rechazar ahora una reunión con la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra.

El pasado miércoles, Abascal denunció la «anomalía política» que supone que el jefe del Ejecutivo no les hubiera incluido en las rondas de contactos para buscar los apoyos a su investidura. «Entra dentro de la lógica y es coherente con su planteamiento [el de Sánchez] de demonización sistemática de Vox», lamentó en la rueda de prensa posterior a su paso por la Zarzuela para entrevistarse con el rey Felipe VI.

Apenas unas horas después, ese cerco que tanto ha criticado el líder ultra durante los pasados meses cayó con el anuncio de que Lastra, miembro del equipo negociador socialista de cara a la investidura, iniciaría una ronda de contactos con «todos los partidos políticos» con representación en el Congreso.

PLANTE AL PSOE / Con una cita ya prevista en la agenda de los socialistas, Abascal rechazó ayer esta oferta a través de Twitter. «Vox no va a sentarse a hablar de la investidura mientras el PSOE la negocia con los enemigos de España», aseguró el líder ultra. «Nos tendrán enfrente», concluyó. Una postura que no compartió el secretario general, Javier Ortega Smith, que aplaudía la posibilidad de «poder participar» en las reuniones para que se les «escuche» y «respete».