La agente que abatió a Abdelhouahab Taib, declaró ayer frente a la magistrada del juzgado -que instruye esta actuación policial- que tuvo que disparar porque pensó que el hombre que la atacó «iba a matarla» y que no tuvo dudas, tras escuchar que gritaba el nombre de «Alá», de que se trataba de un atentado terrorista.

Según su versión, corroborada en parte por la cámara de seguridad de la comisaría y en parte por la declaración de un sargento que acudió en su ayuda, Abdelhouahab Taib, llamó dos veces al interfono, sobre las 05:50 horas, y pidió entrar para realizar una consulta. Cuando le abrió la puerta, sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se abalanzó sobre el mostrador para tratar de apuñalarla. Ella explica que pudo esquivar la agresión y salir corriendo. El asaltante entró en la pecera (el espacio acristalado interno del mostrador) y huyó por el pasillo. Taib se reincorporó y continuó persiguiéndola.

Fuentes de USPAC, sindicato policial que la defienden, remarcan que en este instante, el sargento que, también declaró ayer, estaba entrando para hacerse cargo del turno de día, oyó los gritos y acudió en ayuda de la mujer. Tanto la agente, a cargo de la seguridad de la comisaría, como el sargento, declararon que en este punto sacaron el arma y apuntaron hacia el otro extremo del pasillo, por el que se aproximaba Taib, con el cuchillo «por encima de su cabeza». Ambos fueron retrocediendo, hasta el instante en que pasaron por debajo del marco de una puerta. Primero el sargento, después la agente, que en ese momento se quedó a solas con Taib, quien se aproximó, desoyendo los avisos de «alto» que le lanzaron, apuntándole con las pistolas. Cuando estaba a solo «un metro y medio» de la mujer, esta abrió fuego, cuatro veces, y le dio en tres ocasiones. «Si no hubiera disparado ella, lo hubiera hecho yo», dijo el sargento.

Esta actuación policial se investiga en el juzgado número 2 de Cornellà. La Audiencia Nacional debe esclarecer si el hecho se trató o no de un atentado terrorista, como dice la policía catalana, mientras que la jueza de Cornellà se ocupa de averiguar si existió o no mala praxis por parte de la agente.

La familia del fallecido, entre quienes se cuentan su exmuje, su hermana y su madre, se personarán en esta causa y, meditan denunciar a la agente por «desproporcionalidad y negligencia».

El diputado de la CUP Carles Riera calificó el caso como una «ejecución extrajudicial».