Pablo Casado se enfrenta en las elecciones vascas a un examen bastante complejo. El líder del PP apostó hace unos meses por el perfil duro de Carlos Iturgaiz como candidato a lendakari y apartó, de manera fulminante, a Alfonso Alonso. Además, el presidente de los conservadores pactó con los de Inés Arrimadas para acudir en coalición a los comicios del 12-J bajo la marca PP+Cs. En menos de dos semanas, se sabrá si aquellos movimientos resultaron afortunados. Las encuestas no le auguran un buen resultado. Sea como sea, Casado arrancó ayer la campaña vasca pidiendo el voto para la alianza entre populares y liberales, la «única alternativa constitucionalista».

En la localidad de Labastida, en Álava, Casado defendió que la coalición con los de Arrimadas representa «mucho más que un voto». Según dijo, son la única opción ante el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista de Euskadi, que gobiernan en el País Vasco. Incluso, el presidente del PP quiso ir más allá y argumentó que la victoria del PNV sería «eficaz» para que «los de Bildu y Podemos sigan apoyando a Sánchez en el Congreso». Iturgaiz refrendó todas las palabras de su presidente y añadió que la suma de los nacionalistas vascos, de los socialistas y de los morados supone una «resta» para Euskadi.

Sin embargo, las últimas encuestas no pronostican un buen futuro a populares y liberales. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas sitúa a la alianza en última posición. PP+Cs obtendrían entre 3 y 6 escaños de los 75 asientos que componen el Parlamento vasco. Además, esto supondría empeorar el resultado de nueve diputados cosechado por los conservadores en solitario en el 2016.

Otra de las banderas que quiso izar Casado fue la de la «unidad». Pese a los continuos reproches de Pedro Sánchez por la actitud «desleal» del PP en la Unión Europea, el líder nacional de los populares negó haber ido en contra de los intereses del Gobierno central.

Tender la mano

«Hay cosas que se pueden mejorar y eso no es crispar, eso es tender la mano pero siendo responsables», sentenció Casado antes de recordar que durante las últimas semanas han apoyado el decreto de la nueva normalidad o el ingreso mínimo vital.

No obstante, rápidamente lanzó un aviso a la ciudadanía sobre la intención de Sánchez de reformar el sistema impositivo para lograr una mayor justicia fiscal: «Llévense la mano a la cartera». «Nos van a freír a impuestos. Una vez más la única receta de Sánchez es paro, impuestos y despilfarro. Es la marca de la casa, la marca de Zapatero, es la negación de la reactivación económica», sentenció.

Además, Casado explicó que un incremento de los impuestos provocará que haya «empresas que cierren, que no pagarán el impuesto de sociedades y que echarán a la calle a miles de trabajadores que van a tener que cobrar prestaciones por desempleo, lo que agrava la crisis».