El debate político ha vuelto a mostrar este miércoles su capacidad para instalarse en una agresiva realidad paralela, donde los insultos y las acusaciones de urdir los más perversos planes dificultan cualquier voluntad de acuerdo. Poco después de que el Congreso de los Diputados, como el resto de instituciones, guardase a las 12 del mediodía un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus, la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, ha señalado que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, es "hijo de un terrorista". El líder de Unidas Podemos ha anunciado que pedirá a su padre que se querelle contra la dirigente conservadora.

"Usted es el hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece usted: a la del crimen político", ha dicho Álvarez de Toledo, durante una interpelación sobre los acuerdos entre el Ejecutivo y el "nacionalismo radical" en la que ha asegurado que Iglesias tiene "un plan contra la democracia". La portavoz popular hacía así referencia al hecho de que Francisco Javier Iglesias, progenitor del vicepresidente, fue militante del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), una organización de extrema izquierda responsable de seis asesinatos (todos policías o guardias civiles) durante los años 70. El padre del líder de Podemos no participó en ninguno de ellos.

"Usted acaba de cometer un delito. Invitaré a mi señor padre a que ejerza las acciones oportunas", le ha contestado a Iglesias, que no ha dejado de referirse a Álvarez de Toledo como "marquesa", un título nobiliario que heredó de su padre.

EL PRECEDENTE

No es la primera vez que el ahora vicepresidente se enfrenta a este tipo de acusaciones. A mediados del año pasado, Hermann Tertsch, columnista y eurodiputado de Vox, fue condenado a pagar 15.000 euros por un tuit en el que vinculaba al padre de Iglesias con un asesinato. El juez consideró que se trataba de una "intromisión ilegítima y una vulneración del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen".

Al acabar el áspero debate, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le ha preguntado a Álvarez de Toledo si quería retirar sus palabras del diario de sesiones. La portavoz de los conservadores ha mostrado un recorte de prensa y ha dicho: "Como él mismo reconoce, era militante del FRAP".

Aun así, Batet ha anunciado que la polémica frase sería retirada, provocando las quejas airadas de los diputados del PP. Entre otros, de Ana Pastor, actual vicepresidenta de la Cámara baja. Fuentes del equipo de Batet han explicado después que la presidenta puede ordenar quitar frases del diario de sesiones. Cuando ejerció ese cargo, durante la anterior legislatura, la propia Pastor ordenó retirar los adjetivos "ladrones y carceleros" que Gabriel Rufián, portavoz de ERC, dedicó al PP.