No sin dejar de pedir «prudencia» y «responsabilidad» a la ciudadanía en esta «nueva fase» de la lucha contra el coronavirus, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el sábado que el próximo 2 de mayo se podrá salir a pasear y a practicar deporte siempre y cuando los indicadores sanitarios sigan una línea favorable. El líder del Ejecutivo, no obstante, dejó en manos del Ministerio de Sanidad establecer si los ancianos podrán disfrutar de esta medida de «alivio», incógnita que despejó ayer el ministro Salvador Illa. El ministro dejó claro que sí, que «con toda seguridad» las personas mayores se podrán beneficiar de esta decisión una vez sea aprobada.

El titular de Sanidad, además, quiso subrayar en rueda de prensa que se está «consolidando el descenso» en cuanto al número de contagios de covid-19, pero también desterró la idea de que la batalla ya está tocando a su fin. En este sentido, advirtió de que sería «precipitado» descartar que no se pueda ampliar otra vez más el estado de alarma, que actualmente está fijado hasta el próximo 9 de mayo. En todo caso, dejó esa decisión en manos del presidente del Gobierno. «No quiero anticipar nada, a nadie se le escapa que la evolución de la pandemia está yendo mejor, pero es un virus de mucho contagio; el Gobierno siempre actúa con muchísima prudencia y es un horizonte muy precipitado pensar que el estado de alarma se puede acabar en los próximos 15 días», admitió el ministro.

De hacerse realidad la nueva prórroga, sería la cuarta que el Gobierno solicitaría al Congreso y, de salir adelante, supondría que España superaría los dos meses en estado de alarma.

Con respecto a los mayores, también habló el director del Centro de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, quien precisó que las actividades con los grupos más vulnerables, como los abuelos y abuelas, «se tiene que mantener con estricta observación» porque «el riesgo» de contagio del coronavirus «sigue existiendo». En este sentido, señaló que en estos momentos la relación entre niños y mayores y adultos y mayores «no tiene grandes diferencias» tras seis semanas de confinamiento en las que los niños no han estado en contacto con otros mayores. Sin embargo, el peligro de contagio «lo tememos siempre», reconoció.