Ya lo advirtió Gabriel Rufián en la sesión de investidura, fallida,de julio. «En septiembre será distinto». Podría haber ampliado a todo el otoño. O sencillamente decir que la sentencia lo cambia todo. Y las elecciones. Siguen los republicanos echando cuentas y calibrando cómo, dónde y por qué han perdido 160.000 votos, baja participación incluida. Y, a su vez, para compensar, siguen analizando gracias a qué ganaron, por segunda vez consecutiva, los comicios generales en Cataluña.

La conclusión es que los republicanos deben hacer equilibrios. Es decir, mostrarse dispuestos a ayudar en la investidura de Pedro Sánchez, para dar cierta estabilidad sobre todo económica ahora que se acerca otro arreón de la sempiterna crisis e impedir unas elecciones, las terceras, que propulsen a la ultraderecha directamente a la estratosfera.

Y a la vez, acabar con la imagen de apoyo gratis total al PSOE que, trabajada por sus oponentes, ha conducido, parece, a un descenso en el rere-país.

INSTALADOS EN EL ‘NO’ / Pere Aragonès, el líder extramuros de ERC, dio ayer las claves en Catalunya Ràdio. Así, advirtió de que ERC está instalada por ahora en el no a Sánchez, pero añadió: «O hay una mesa de negociación política (sobre Cataluña), o ERC no puede abstenerse». Los republicanos, pues, precisan más que nunca exhibir algún logro a su parroquia y al independentismo en general.

«Si quieren que se facilite la investidura por parte de ERC, sit and talk (sentarse y hablar) y creemos las condiciones para el diálogo», dijo Aragonès, remendando el discurso de campaña de Rufián, que llamaba a «arrastrar a la mesa de diálogo a un PSOE debilitado en las urnas».

El coordinador nacional de ERC explicitó que la «confianza» que existía en julio ha desaparecido, entre otras razones, porque Sánchez, en campaña «abrazó el discurso de Ciudadanos para con la escuela y los medios catalanes».

Otro motivo para la resistencia es, sin duda, el horizonte electoral catalán. Con una posconvergencia en ascenso en las urnas y llamando a negar la investidura de Sánchez, el desmarque republicano se complica. Con todo, en el partido hay serias dudas de que Sánchez tenga un especial interés por atraerse a los republicanos. Y disposición a darles la foto que piden. Dicho de otro modo, que quiera volver al 20 de diciembre del 2018. A Pedralbes.