Según Arrimadas, solo hay un camino para que en Cataluña reinen la libertad y la convivencia. Y ese camino pasa por que Albert Rivera, líder de Cuidadanos, se convierta en el próximo presidente del Gobierno de España, un acto de «justicia poética», un «reto histórico» en el que Arrimadas se va a «dejar la piel». Y lo hará, como se venía rumoreando desde el viernes, dando el salto desde el Parlament al Congreso de los Diputados, donde -vía primarias- se presentará como número uno por Barcelona. De momento, continuará como presidenta del grupo parlamentario y jefa de la oposición en el Parlament. Pero la «difícil» decisión de hacer las maletas rumbo a la capital ya está tomada. «Ha llegado la hora de dar un paso al frente. En Cataluña solo vencerá el constitucionalismo si Ciudadanos gobierna España», destacó ayer en Madrid, en un acto de campaña pura y dura.

Con más de media hora de retraso y un sol de primavera, Arrimadas y Rivera entraron de manera triunfal en la plaza de la Villa de Madrid, en pleno casco histórico de la capital, el lugar donde hasta hace un tiempo estaba la sede del Ayuntamiento. Miles de personas, enarbolando banderas de España y de la Unión Europea (también había tres o cuatro emblemas arcoíris del colectivo LGBT), les recibieron entre aplausos, al grito de «presidente, presidente».

La primera en coger el micrófono fue Arrimadas, que antes de realizar el anuncio oficial quiso contar «una historia». La historia de Inés, hija de un matrimonio de un pueblo de Salamanca de cien habitantes que emigraron para labrarse un futuro. «Nací en democracia, en el año 81, en una familia de cinco hermanos. Mi madre dejó de estudiar con 14, pero yo lo hice. Y también en el extranjero, gracias a una beca Erasmus. Entré en una empresa catalana y cumplí un sueño: vivir en Barcelona».

Arrimadas lleva 10 años residiendo en Cataluña. Ahora -afirmó- sabe muchas cosas que antes no sabía. «No sabía que Cataluña te ponen multas si no rotulas en catalán. Tampoco sabía que en los medios de comunicación se habla de España como un país extranjero ni que en los colegios se enseña a odiar a España. No sabía que la gente calla porque no se atreven a decir determinadas cosas».

LÍDERES Y LEJÍA / Tras una época de desencanto, la todavía líder de la oposición en el Parlament ha asegurado que volvió a creer en la política gracias a Ciudadanos, un partido «de centro, liberal y valiente» con el que ella a la cabeza «reventó las urnas» en las últimas elecciones catalanas. «No es fácil ser de Cs en Cataluña, donde Puigdemont es considerado un líder supremo y donde limpian con lejía el suelo que pisamos».

Puigdemont fue flanco de las críticas de Arrimadas, que, precisamente mañana viajará a Waterloo, localidad belga donde reside el expresident, huido de la justicia. Su objetivo es recordar a su adversario político que la «República no existe», una visita que el Gobierno de Pedro Sánchez calificó el viernes de «insensatez». Arrimadas también cargó -y muy duramente- contra el Ejecutivo del PSOE, que, en su opinión, ha dejado a los catalanes «abandonados y ninguneados» por haber elegido gobernar con «Torra, Rufián, Puigdemont y Bildu». «España no se lo merece. No os merecéis que os llamen fachas por sacar la bandera de nuestro país», destacó.

«Ha llegado el momento de sacar a Pedro Sánchez de la Moncloa. ¿Os imagináis a Sánchez cuatro años más gobernando con los separatistas? Qué negro futuro para los demócratas. ¿Con qué Cataluña quiere dialogar Pedro Sánchez? En ocho meses a mí no me ha llamado ni una vez», criticó.

Albert Rivera, en un tono de plena campaña electoral, añadió que las inminentes elecciones legislativas, el próximo 28 de abril, son un todo o nada. «Ahora o nunca. Vamos a por todas. Queremos gobernar España. Queremos echar a Pedro Sánchez. No estamos dispuestos a pasar cuatro años con [Pablo] Iglesias haciendo los Presupuestos. Vamos a defender la España de todos. De todos los que respetan las leyes, las reglas del juego y aquellos que no dan golpes de Estado». En opinión del líder de los naranjas, el PSOE es un partido sectario y podemizado.

Besó y abrazó a Arrimadas, la mujer «mejor preparada de la política en España» y la animó. «En Madrid te vas a sentir como en casa. Los madrileños quieren a los catalanes».