José de la Mata, el juez de la Audiencia Nacional que investiga la fortuna de la familia de Jordi Pujol, se ha fijado esta vez en el acto de homenaje al exmandatario catalán que se celebró el 7 de mayo pasado. Los medios de comunicación informaron entonces de que el expresidente catalán explicó que «el dinero no declarado que poseía en el extranjero tenía que servir como previsión para un posible exilio». Primero la Fiscalía y ahora el juez que se encarga del caso se han fijado en esta frase y han requerido a las fuerzas de seguridad del Estado que intenten averiguar si existe «cualquier medio audiovisual, grabación o escrito» que permitan constatar las manifestaciones vertidas por Pujol, según el auto.

El expresident reapareció en la noche del 7 de mayo en un acto que le organizaron sus amigos y fieles. Pujol, que tomó la palabra al final del acto, defendió que durante los 23 años que estuvo al frente de la Generalitat se dejaron «huellas sólidas» que marcaban el camino a seguir para conseguir una Cataluña mejor, como la asunción de competencias en materia de prisiones, policía y sanidad. A la vez, admitió: «Me siento insatisfecho por muchos motivos y dolido conmigo, no con vosotros, no con el país». Según algunas informaciones, en su discurso se refirió a los fondos que la familia tenía en el extranjero. En su carta de julio del 2016 en la que admitía que su familia había mantenido fuera de España y sin declarar una herencia millonaria, Pujol sostuvo que era una herencia de su padre, que dispuso que el dinero en el extranjero fuera para sus siete hijos y a su mujer.