Isabel Díaz Ayuso está a punto de convertirse en la dirigente del PP con mayor poder territorial. Salvo sorpresas de última hora, la nueva baronesa del partido azul, apuesta personal de Pablo Casado, será elegida hoy presidenta de la Comunidad de Madrid, un Gobierno en el que los populares quieren aplicar el plan que tienen para toda España.

El «pensamiento liberal», afirmó Ayuso ayer en su discurso de investidura, será el motor del Ejecutivo regional: libertad económica, libertad de elección de colegio, libertad de elección de hospital, libertad de los propietarios de locales de ocio y restauración… Hasta en 25 ocasiones usó ese término en una alocución en la que enunció el programa de Gobierno que ha pactado con Ciudadanos y en el que también hizo algunos guiños a Vox, partido del que necesita sus 12 votos para ser investida.

El PP ostentará la presidencia y siete consejerías e Ignacio Aguado, líder de los naranjas en la región, será vicepresidente y su partido dirigirá seis departamentos. La ultraderecha renunció a sus reivindicaciones y finalmente no asumirá cargos en el Ejecutivo ni tampoco verá derogados algunos artículos de las leyes autonómicas que protegen al colectivo LGTBI pese a que lo reclamaba.

«VORACIDAD FISCAL» DEL PSOE // Durante más de una hora, Ayuso expuso sus 10 retos, base del argumentario que Casado ha desgranado en el año que lleva como presidente del PP. La candidata empezó con la fiscalidad y prometió «la mayor rebaja de la historia de la Comunidad». Después continuó con la educación y la sanidad, la digitalización de la sociedad, el impulso a la natalidad, la seguridad, el medioambiente, la igualdad y la lucha contra la despoblación y la soledad (contexto en el que anunció la creación del abono de transporte gratuito para mayores de 65 años).

Señaló que la rebaja de impuestos ha sido «el signo de identidad» de los Gobiernos del PP en esa comunidad y lo seguirá siendo «porque Ciudadanos y Vox también están de acuerdo». «Bajaremos la tarifa autonómica del IRPF, reduciendo todos los tramos de la tarifa en medio punto, y haciendo que se llegue a pagar hasta un 5,5% menos», proclamó desde la tribuna. La aspirante conservadora defendió estas iniciativas para «compensar, en lo posible», apuntó, la «voracidad fiscal» de Pedro Sánchez, ahora en funciones.

Y ese «contrapeso» a Sánchez también llegará en otro asunto clave para Casado y también para ella. Ayuso será la «representante del Estado» en Madrid y se volcará en la defensa de la unidad de España ante los independentistas. Se ve a sí misma como un muro de contención ante el soberanismo. Proclamó que no aceptará «cesiones» ni «cambalaches» con los soberanistas y peleará por que Madrid y el resto de comunidades sean tratadas de igual manera. La líder popular Citó en concreto el nuevo sistema de financiación autonómica, que lleva años de retraso en su actualización.

CORRUPCIÓN / Ayuso empezó recordando a varios presidentes que le han precedido en el puesto, incluidas Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, estos días en la picota porque la fiscalía anticorrupción plantea imputarlas por el caso Púnica. En una aséptica frase, sin ninguna autocrítica pese a que dirigentes del PP de Madrid llevan una década protagonizando escándalos, la aspirante afirmó que promete un Ejecutivo de «tolerancia cero ante la corrupción». Como gestos de agradecimiento al partido ultraderecha de Santiago Abascal concretamente, Ayuso aseguró que se impulsará la natalidad, los colegios informarán a principio de curso de los talleres por si algún padre no quiere que su hijo participe y diluyó el grave problema de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.

No llegó a usar la expresión «violencia intrafamiliar», como hace Vox, pero sí que enunció que «cualquier persona puede ser víctima de maltrato» y se comprometió a «luchar contra el machismo y cualquier abuso o discriminación, no contra los hombres». A la portavoz de Vox en la Asamblea, Rocío Monasterio, esos guiños le parecieron escasos y le pidió que hoy intente gustar también a los votantes de la formación de Abascal y no solo a los del PP. La dirigente ultra ya ha advertido que, tras la votación, hará una «férrea» oposición.