El expresidente del Gobierno José María Aznar reclamó ayer que no haya ningún tipo de diálogo con los partidos independentistas en Cataluña por haber protagonizado en los últimos meses actos «de una gravedad histórica inmensa» que «ni el buenismo más despreocupado puede pasar por alto». «No puede quedar lugar para suponer buena fe, ni es posible hablar de diálogo con los que han protagonizado la rebelión desde su posición como cargos públicos», aseguró en València durante la clausura del segundo Foro de Ideas de FAES bajo el título La Comunitat Valenciana ante el nacionalismo catalán.

«Los independentistas han llegado a un extremo inaceptable y ese tiempo ha acabado. Los deseos de vuelta a la situación anterior no se van a cumplir, y añadiría que no deben cumplirse. El juego ha cambiado en Cataluña y en el resto de España y quien no se entere de eso, quien no sea consciente va a chocar si no lo hace ya con una realidad muy sólida, que tendrá una traducción histórica implacable y electoral inexorable», advirtió.

Además, el expresidente dio su receta para Cataluña. «Necesita el remedio de la ley y el estímulo de una alternativa política amplia frente el independentismo, y eso requiere políticos que crean en ese objetivo y lo hagan con generosidad y liderazgo que consiste en hacer que las cosas cambien no que queden igual», deslizó.

El exjefe del Gobierno advirtió de que «el nacionalismo esta actuando como catalizador de una estrategia de desestabilización para destruir la Constitución y en esa estrategia el designio expansionista no es algo menor ni secundario y apunta directamente a la Comunidad Valenciana y a las Islas Baleares».