No ha podido ser. Barcelona no acogerá la sede de la Agencia Europea del Medicamento cuando el Reino Unido abandone la Unión Europea a finales de marzo del 2019. La candidatura de la ciudad condal no consiguió ayer superar el primer corte y cayó en la primera ronda de votación tras ser relegada a la quinta posición. El premio se lo lleva finalmente Amsterdam que se impuso por sorteo tras empatar en la gran final con Milán.

Un resultado que desató al minuto un intenso cruce de reproches entre el Gobierno central y los nacionalistas catalanes. La ministra de Sanidad, Dolors de Montserrat, que encabezó de forma extraordinaria la delegación española, recibió con tristeza la noticia y culpó al movimiento independentista catalán de la derrota. «El Gobierno de España ha remado con mucha fuerza y en la misma dirección. Quizás otros no han remado con esa misma fuerza y dirección. Me atrevo a decir que este es quizás otro de los daños directos que nos ha podido llevar el independentismo de Catalunya. La división no nos lleva a ninguna parte», lamentó.

«La candidatura de la EMA sucumbió el 1 de octubre bajo las porras del ministro Zoido y el Gobierno español», respondió con dureza el exconseller de Sanidad, Toni Comín, también desde Bruselas, donde ayer esperaba la decisión del juez sobre la euroorden cursada por España.

Cuando se inició la carrera, las tres instituciones -Gobierno central, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- hicieron piña para atraer la sede. Incluso llegaron a presentar juntos la candidatura en Bruselas en un acto conjunto.

En las últimas semanas, sin embargo, el Gobierno se ha encontrado con «obstáculos» que han terminado minando y lastrando una ciudad que empezó como una de las grandes favoritas.

«Estas ultimas semanas, desde el 6 y 7 de septiembre, han sido muy complejas porque hemos visto la incertidumbre jurídica que había en Cataluña antes de aplicar el artículo 155».

Es más, «una situación con 2.500 empresas que abandonan Cataluña no es la mejor para llamar a una agencia como esta», reconoció el secretario de Estado de asuntos europeos, Jorge Toledo, en declaraciones a los medios.

El resultado es que Barcelona quedó apeada de la carrera a las primeras de cambio en una primera ronda de votación en la que se ha situado quinta con 13 votos, por detrás de la gran favorita del este Bratislava (15), Copenhague (20), Amsterdam (20) y Milán (25). Sin opciones (tampoco tenían muchas) también se han quedado Estocolmo (12), Oporto (10), Varsovia (7), Bucarest (7), Bruselas (5), Helsinki (5), Sofía (3), Bonn (3) y Lille (3). El sistema de voto utilizado ayer fue secreto y cada Estado miembro pudo conceder seis votos: tres al favorito, dos a la segunda opción y uno a la tercera.

El trío de ases que pasaron ayer a segunda ronda fueron Copenhague, Amsterdam y Milán aunque solo los últimos llegaron a la gran final que le ganó por sorteo -hubo empate a 13 votos- Holanda a Italia. Amsterdam se gana así el derecho a atraer tras el brexit a una agencia que dispone de un presupuesto anual de 320 millones, que mueve más de 30.000 visitantes al año, con una plantilla de 900 funcionarios, y la importante tarea de evaluar y autorizar la comercialización en la UE de nuevos medicamentos.

INTENTOS DIPLOMÁTICOS / Técnicamente la candidatura de Barcelona era, junto con la de Amsterdam, de las más potentes sobre la mesa pero el resultado demuestra que nadie se ha tomado en serio la posibilidad de elegir a una región que aspira a abandonar el club, ni siquiera tras los intentos diplomáticos de última hora de Mariano Rajoy y otros dirigentes españoles. «Si Holanda ha llegado hay que preguntarse por qué Barcelona no. No ha llegado porque no hemos trabajado juntos y unidos. Teníamos la oportunidad de estar si todos hubiésemos remado. Estoy convencidísima de que Barcelona hubiera llegado», lamentó la ministra.

«Ha sido difícil hacer frente a las circunstancias del momento», dijo el exteniente de alcalde hasta la semana pasada Jaume Collboni.