La exnúmero dos de Mariano Rajoy se ha decidido a dar la batalla por el PP pese a no contar con un sostén orgánico. Por eso, ante ese déficit en el organigrama del partido, Soraya Sáenz de Santamaría ha dejado claro desde el primer día que su baza son los afiliados. En su discurso ante los periodistas para presentar su candidatura, apeló en varias ocasiones a las bases. «Si escuchamos a los militantes, acertaremos», declaró.

La estrategia no estuvo exenta de críticas malintencionadas de algunos dirigentes del PP que estos días recuerdan cómo les costaba arrastrarla estos últimos años a los actos que organizaba el partido los fines de semana o cómo se escabullía, cuando era portavoz del Gobierno, cuando los viernes le preguntaban los periodistas por los escándalos de corrupción que afectaban al partido.

Santamaría se definió como «una militante más» y ofreció «humildad, responsabilidad e integridad» porque cree que es lo que demandan las bases. Durante el anuncio de su candidatura, la exvicepresidenta subrayó que se presenta con el «aval» de lo que ha hecho en los gobiernos de Mariano Rajoy y también sacó pecho de que sabe lo que es la oposición, porque acompañó al ya exjefe del Ejecutivo en su travesía en el desierto. El político gallego la eligió en el 2008 como portavoz del grupo parlamentario en el Congreso y de allí le acompañó hasta la Moncloa. Auguró que el PP volverá al Gobierno si hace una «buena oposición» y animó a la militancia a creer en ello.