El rey emérito Juan Carlos I se encontraba entre la lista de nombres que espió el excomisario José Manuel Villarejo por encargo del BBVA, según publicó ayer Moncloa.com. El banco contrató los servicios del policía para que realizara informes sobre determinadas personas que podían ayudar en el intento de hacerse con el poder del banco a través de la constructora Sacyr. El objetivo del espionaje era conocer si el monarca emérito avalaba el movimiento.

Este digital muestra documentos donde aparece el nombre del monarca entre otros objetivos del espionaje, como el director de la Oficina económica de Moncloa, Miguel Sebastián, el expresidente Felipe González o importantes empresarios del grupo que aspiraba a hacerse con el poder y a cambiar la cúpula de la entidad.

Así, el expresidente de BBVA Francisco González habría utilizado al comisario ahora en prisión preventiva para tener acceso en tiempo real a las llamadas telefónicas que se cruzaron en plena operación de asalto al banco los principales promotores de la maniobra, el entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, el industrial Juan Abelló y Sebastián.

La mayoría de referencias sobre el rey se producen por la relación con Abelló. En los documentos, Villarejo se refiere a reuniones que se produjeron en Aranjuez y a las fincas de Abelló en Toledo. Además, apunta a la existencia de una puerta falsa desde la habitación del rey en esta finca. Según Villarejo, el rey Juan Carlos I se sintió utilizado por el financiero para dar a entender que apoyaría al cambio en la cúpula. El propio excomisario asegura que la simple presencia del rey a una reunión en Toledo se había utilizado para interpretar que apoyaba la intentona.

Ayer, el abogado de Villarejo, Antonio José García Cabrera, vinculó el caso con «luctuosos acontecimientos acaecidos en la vida española». Al ser preguntado si se estaba refiriendo a los atentados del 11-M, el letrado se limitó a señalar que ya lo aclarará el propio Villarejo en su declaración del próximo lunes.

OPERACIÓN ‘KITCHEN’ / Eugenio Pino, número dos de la Policía mientras fue ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, aprovechó ayer la presencia de medios en la Audiencia Nacional para negar categóricamente la operación Kitchen. «La operación Kitchen no existe», dijo al abandonar el juzgado después de que el magistrado Manuel García-Castellón decidiera aplazar su declaración como imputado por la supuesta sustracción de documentación comprometida para el PP a quien había sido su tesorero, Luis Bárcenas.

En esta pieza se investigan los delitos de malversación, cohecho, prevaricación, robo de documentos y allanamiento de morada, este último por el asalto que realizó un falso cura a la vivienda de Bárcenas cuando se encontraban dentro su mujer y su hijo. El que era su chófer, Sergio Ríos, imputado en la causa, se presentó providencialmente pese a que ese día libraba. A la vista de cómo se alargaba la declaración del excomisario Enrique García Castaño, imputado junto a José Manuel Villarejo en el caso Tándem, en el que se investigan las cloacas policiales, el magistrado decidió interrumpir su comparecencia hasta hoy, día en el que ya estaba citado en la pieza Iron, relativa al espionaje a abogados.