Mario Conde Conde (Tui, Pontevedra, 1948), fue en la década de los noventa el gran exponente del pelotazo financiero, de la gomina, del glamur, del éxito social y económico hasta que su carrera se truncó el día en que el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, decidió celebrar el día de los Santos Inocentes de 1993 con la intervención de Banesto. Conde protagonizó el juicio más largo de la historia judicial española (dos años y dos días en el banquillo) por el saqueo de la entidad financiera y tuvo que pasar varias veces por la cárcel tras distintas condenas y tras el pago de otras tantas fianzas.

Los inspectores del Banco de España encontraron un agujero de 605.000 millones de las antiguas pesetas e identificaron hasta ocho operaciones de las que se habían beneficiado Conde y su equipo a costa de Banesto, que perdió 12.549 millones de pesetas. El dinero saqueado nunca apareció, hasta que su rastro ha conducido hoy a la detención de Conde por estar presuntamente repatriando dinero de Suiza para blanquearlo. Conde figura, además, en la lista de los morosos de Hacienda con una deuda superior a los 9 millones de euros.

Hijo de un funcionario madrileño de Aduanas, se licenció en Derecho en Deusto con la calificación de sobresaliente, donde ya hizo sus primeros negocios vendiendo sus apuntes a sus compañeros, y fue el número uno de su promoción en las oposiciones a abogado del Estado en 1973. El paso a los negocios lo dio al ser fichado en 1977 por Juan Abelló para que le reorganizara el departamento jurídico de su empresa. Con Juan Abelló trabó una gran amistad y planearon negocios espectaculares como la venta de Laboratorios Abelló a la multinacional norteamericana Merck Sharp and Dohma por 2.700 millones de pesetas. Con este dinero y un crédito de Bankinter, compraron el laboratorio Antibióticos, lo sanearon, y cuatro años después lo traspasaron a la multinacional italiana Montedison por 58.000 millones de pesetas. Fue un negocio redondo que le permitió el asalto a Banesto en 1987, con la compra de un paquete de acciones de Banesto, que le convertía en uno de los mayores accionistas a título individual.

El 30 de noviembre de ese mismo año fue nombrado presidente de la entidad y el 16 de diciembre consejero delegado. Con 39 años de edad, Conde se convirtió en presidente de la segunda entidad financiera española. Nunca antes ningún grande de la banca española había sido tema de las revistas rosas, había aparecido bailando sevillanas o rodeado de ricos y famosos. Conde aparecía como el triunfador que daba sopas con honda a las familias de siempre entrando en el olimpo de los ricos y poderosos.

DEL OLIMPO A LA CÁRCEL

Tras hacerse cargo de la presidencia de Banesto comenzó una etapa de grandes proyectos, algunos de ellos frustrados, como la salida a bolsa de la Corporación, que obligó a Conde a iniciar la venta de las llamadas "joyas de la corona", como el grupo cementero, Petromed y una importante participación en la Unión y el Fenix, entre otras.

Invirtió en medios de comunicación e incluso tuvo la suerte de patrocinar las grandes hazañas ciclistas de Induráin. Avergonzado de su condición de masón, dejó de serlo en 1989 previo pago de 50 millones. Su proyección alcanzó cotas como la audiencia del Papa (1992) y el doctorado honoris causa de la Complutense (1993) en un acto al que asistió el Rey, a quien accedió tras ganarse a don Juan de Borbón. El sueño de Conde para convertirse en la alternativa de Felipe González se truncó con la intervención de Banesto (28-12-1993) y el descubrimiento de los trapicheos y del agujero de 605.000 millones.

Pese a una ampliación de capital y de un plan de saneamiento, el Banco de España decidió el 28 de diciembre de 1993 sustituirle al frente de Banesto, junto con todo su consejo de administración, tras comprobar la existencia de un quebranto patrimonial de 605.000 millones de pesetas (más de 3.600 millones de euros).

PERIPLO JUDICIAL

Comenzó entonces su periplo judicial, que vivió uno de sus momentos más duros cuando el juez Manuel García Castellón ordenó su ingreso en prisión en diciembre de 1994, de donde pudo salir 34 días después tras depositar una fianza de 2.000 millones de pesetas (doce millones de euros).

No obstante, tuvo que volver a Alcalá-Meco en febrero de 1998, prisión en la que estuvo recluido 17 meses en diferentes grados, tras ser condenado a cuatro años de cárcel por el caso Argentia Trust -desaparición de 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros) de Banesto-.

Sin embargo, su mayor prueba judicial se desarrolló durante los dos años de juicio por el llamado "caso Banesto", por el que fue condenado a diez años y dos meses de cárcel, aunque posteriormente el Tribunal Supremo aumentó la condena de diez a veinte años. En el verano de 2008, logró la libertad condicional. Su primera esposa, Lourdes Arroyo, falleció en octubre de 2007, y en 2010 contrajo matrimonio con María Pérez-Ugena, de la que se ha divorciado en febrero de este año.

LIBROS Y POLÍTICA

En el mundo de la política, Mario Conde se afilió al Centro Democrático y Social (CDS) en el que consiguió ser cabeza de lista para las generales del año 2000, donde no consiguió representación, provocando su inmediata dimisión. 13 años después fundaba Sociedad Civil y Democracia (SCD), partido con el que concurrió al Parlamento de Galicia, de nuevo sin representación, dejando oficialmente el cargo de presidente el 21 de mayo de 2013.

En octubre de 2013, la Audiencia Nacional decretó el decomiso de varias fincas de la familia en Andalucía y Baleares, al considerar probado que el dinero empleado en su adquisición procedía de cantidades objeto de la apropiación indebida que motivó la condena por el caso Banesto. En los últimos años, Conde ha dedicado a participar en tertulias de Intereconomía, escribir libros, y dar lecciones sobre integridad a través de su blog y de entrevistas. Aunque a la vista de la detención de hoy, no parece que se haya reformado desde el saqueo de Banesto.