Rafael Blasco, exconsejero de la Generalitat valenciana, ha acudido este lunes, en su primer día laborable en régimen de semilibertad tras haber accedido al tercer grado penitenciario, a una comisión de investigación en las Corts en la que ha asegurado que el PP nunca pidió comisiones por adjudicaciones irregulares y tras la que ha contado que tiene "el dinero justo para volver a casa".

Blasco, que se ha mostrado sonriente, colaborador y en ocasiones desafiante, tiene 73 años y dormirá a partir de ahora un centro de inserción social.

En el 2014 fue condenado a ocho años de prisión -que fueron rebajados a seis por el Supremo- por malversación y falsedad documental por la primera pieza del 'caso Cooperacion', sobre el desvío de dinero a países en vías de desarrollo. Ha cumplido tres años y siete meses en la cárcel y esta primavera tendrá el juicio por las otras dos piezas del caso.

En la comisión del 'caso Taula', que investiga posibles 'mordidas' del PP por adjudicaciones, ha asegurado que nunca vio tales cosas ni supo que se invitara a empresas a participar en contratos públicos. "No hemos pedido ninguna comisión", ha afirmado .

SUS "ERRORES" Y SU CONDENA

Entre las cosas de las que dice arrepentirse ha citado haberse "resistido a asumir que se estaban cometiendo errores e irregularidades" en la Consejería de Cooperación que dirigía. En su día, varios funcionarios sí que advirtieron de las prácticas irregulares y la Fiscalía y la Abogacía de la Generalitat acusaron a Blasco en el juicio de haberlos presionado para que firmaran los informes que las avalaban.

Respecto a su condena ha dicho que asumió la decisión del tribunal "y eso implica la asunción de delitos o errores que pude cometer" y que está "pagando" su deuda con la sociedad "con la cárcel", una experiencia "muy dolorosa". Eso sí, sin especificar si se incluía, ha deslizado que "no hay justicia humana que sea perfecta y la divina es cuestión de fe" y que en las cárceles "hay mucho inocente".

"Estoy cumpliendo una condena por haber sido condenado por un tribunal justo, que me mandó a prisión. Mi opinión no vale para nada. Sería estúpido que yo dijera ahora que soy inocente y que estoy de relleno en la cárcel", ha admitido.

También ha resaltado que "en la sentencia no tengo ninguna responsabilidad de haberme quedado con un solo euro de lo que terceros defraudaron". "El problema que tengo es que desde hace ocho o nueve años hay una responsabilidad contable de carácter subsidiario de las personas que estábamos al frente de la Conselleria que el Tribunal de Cuentas no ha ejecutado", ha explicado.

"Ahora mismo tengo lo justo para llegar desde aquí a casa. El único patrimonio que tenía que era una casa y mi pensión de jubilación y las tengo embargadas desde hace cinco años", ha denunciado.

La Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía de la Generalitat le reclaman cinco millones de euros que presuntamente habría recaudado para cerrar un pacto por las dos causas pendientes.

CAMPS, ZAPLANA Y RUS

Blasco ha repasado su opinión sobre la situación de los expresidents de la Generalitat Francisco Camps y Eduardo Zaplana y de la diputación Alfonso Rus, todos ellos investigados en causas de presunta corrupción y el segundo en prisión provisional.

Con Zaplana, que lleva más de un mes en el Hospital la fe, ha reconocido que coincidió "algunas veces" en Picassent y ha subrayado que "es una persona que no está juzgada" y que por la leucemia de la que fue operado "debiera, por razones humanitarias, contemplarse que no esté en un sitio en el que puede coger un resfriado o una gripe que le pueden matar".

De Camps ha dicho que lleva "un recorrido de imputaciones todas fracasadas que me da que pensar que además de que algunas son en falso, es un calvario" y de Rus ha dicho que le une una "muy buena amistad" y que le considera "una buena personas y un excelente gestor" .

EL "VENTILADOR" HACIA EL PSPV

El exconsejero, que en su día lo fue también por parte del PSPV hasta que este partido lo echó por un escándalo urbanístico, ha denunciado que en su época socialista, el secretario de organización del partido, al que ha identificado como Pedro Lorca, pedía por escrito a los cargos públicos que reclamaran mordidas.

"He visto muchas cosas en política. Como ver a un secretario de organización socialista enviar cartas para recomendar determinadas adjudicaciones y pedir comisiones del 10%", ha asegurado.